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Cuba enfrenta el desafío de captar turistas en plena pandemia

Cerrada durante casi ocho meses, La Habana reabre sus puertas a los turistas extranjeros, pero aún hay que convencerlos para que vuelvan. A la caza de divisas, Cuba confía en sus buenos resultados frente a la pandemia para reanimar este vital sector económico.

«Es un reto importante», admite Francisco Camps, director general adjunto en Cuba de la cadena hotelera española Meliá, que administra 34 instalaciones en la isla, de las cuales sólo 10 funcionan actualmente.

Cinco aeropuertos internacionales del país reabrieron a mediados de octubre a los vuelos chárter.

Pero faltaba la joya de la isla: La Habana, cuyo encanto anticuado y centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, atraen cada año a cientos de miles de visitantes. Una plaza que muchos turistas, especialmente europeos, no quieren perderse.

«La Habana es importante porque (…) es el aeropuerto que da origen a los vuelos regulares que permiten ya conexiones con Europa», añade Camps. Cerrada a los vuelos comerciales desde el 24 de marzo, reabrió el domingo, justo a tiempo para la temporada alta (noviembre-abril).

Esto, agrega, «permite también (…) un flujo de visitantes que vengan no sólo a visitar la ciudad sino (…) a hacer recorridos y hacer, digamos, un tipo de turismo distinto al turismo de sol y playa», más gastador.

En materia financiera hay urgencia: privada de este motor económico (2.645 millones de dólares en 2019), Cuba debió reducir drásticamente sus importaciones, que suelen cubrir el 80% de sus necesidades alimentarias.

Y, ante la escasez de café, leche y otros productos básicos, las filas se multiplican en los supermercados del país.

(20/11/2020)