Cuba empieza a adentrarse en el libre mercado por el sendero más difícil, despidiendo a centenares de miles de personas de un sector público inoperante, advirtieron ayer analistas en EEUU, tras el anuncio del gobierno de Raúl Castro.

«Se prevé (…) la reducción de 500.000 trabajadores en el sector estatal y paralelamente su incremento en el sector no estatal», anunció la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) el lunes.

«No tienen la liquidez para mantener a toda esta gente», explicó a la AFP Jaime Suchlicki, director del Instituto de Estudios Cubanos en Florida. «La pregunta es cómo va a absorber esto la economía. No hay una economía privada vibrante en Cuba», dijo.

Contrariamente a China, que empezó hace tres décadas autorizando con límites la propiedad privada, en Cuba «ningún cubano puede hacer negocios con una empresa extranjera, ir al banco a pedir dinero, exportar sus productos», advierte este experto.

El régimen castrista espera que ese medio millón de desempleados entre en el mercado laboral privado como «cuentapropistas».