Nunca antes hubo 40 grados de temperatura en Rusia, los pakistaníes sufren las peores inundaciones en 80 años, mientras que en China las lluvias provocan deslaves. El clima polarizado hace estragos en diferentes partes del planeta, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). 

La Agencia Estadounidense del Océano y la Atmósfera (NOAA) dio un dato más: el planeta nunca fue tan caliente como en el primer semestre de 2010. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), en un clima cada vez más cálido, las sequías y las olas de calor como la observada en Rusia y en 18 de los estados de Estados Unidos serán más intensas y largas.

«Ya se trate de frecuencia o intensidad, prácticamente cada año se baten niveles récord e incluso varias veces en una semana. En Rusia se batió a comienzos de agosto el récord absoluto (de temperatura) observado en Moscú desde el comienzo de los registros hace 130 años (38,2°C)…», dice Omar Baddour, encargado del seguimiento del clima mundial en la OMM.

Según él, en Pakistán, las inundaciones nunca conocieron tal amplitud geográfica. A causa de este fenómeno han muerto más de 1.600 personas y hay seis millones de desplazados. En otro confín, en China, sólo en un día, un deslizamiento  causado por las lluvias ocasionó 700 muertos y 1.000 desaparecidos. Unos 12 millones de chinos perdieron sus hogares.

«La sucesión de extremos y la aceleración de los récord son conformes a las proyecciones del IPCC. Pero habrá que observar esos extremos a lo largo de varios años, para sacar conclusiones en cuanto al clima».

Más aún cuando las inundaciones en Pakistán podrían atribuirse al fenómeno de La Niña, que al contrario que El Niño, se caracteriza por un enfriamiento de la temperatura en la superficie del océano Pacífico central. «En regla general, El Niño provoca una sequía en el subcontinente indio y en el Sahel. Con La Niña, es lo contrario», destaca Omar Baddour.

Para el climatólogo inglés Andrew Watson, el calor del 2010 está ligado a El Niño del año pasado. «Sabemos que después de El Niño, sigue un año particularmente cálido, y desde luego es lo que ocurre este año», observa.

Los sucesos observados este verano boreal son «totalmente coherentes con los informes del IPCC y con lo que el 99% de los científicos cree que ocurrirá», resume el profesor Watson, investigador de la Royal Society y profesor en el departamento de Medioambiente de la Universidad de East Anglia, en Inglaterra.

El profesor Watson procura no obstante ser prudente: «Estoy casi seguro de que el aumento en la frecuencia de este tipo de veranos desde hace 20 ó 30 años está ligado al cambio climático. Pero uno no se puede basar en un solo acontecimiento o un solo verano (porque) el cambio climático se mide sobre la media de una década».

Un iceberg se separa

El jueves 5 de agosto se desprendió un iceberg de 260 kilómetros cuadrados de superficie del glaciar Petermann en el norte de Groenlandia. Es el mayor pedazo de hielo desprendido desde 1962.

La sequía y el frío asuelan a Bolivia 

Hacía años que no caía una nevada en Vallegrande (Santa Cruz). A fines de julio, los peces no aguantaron el frío de las aguas de los ríos orientales y amanecieron muertos, flotando. La sequía ha puesto en vilo a 16.000 familias, al mayoría en el Chaco boliviano, en tanto que 19 provincias del departamento de La Paz pidieron, sin éxito aún, que se las declare en emergencia.

A partir del 16 de agosto, el Gobierno enviará un segundo lote de ayuda a las comunidades afectadas por la sequía en el Chaco. Con esta medida, el Consejo Nacional de Política Económica intentará paliar la sequía que asuela a la región.

Los pronósticos no son favorables, la unidad de Climatología del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología advirtió que la temporada más dura de la sequía será entre agosto y octubre de este año.

El problema de cambio climático en Bolivia no es nuevo. Según un reporte de CNN, el 2007, los efectos de esta alteración ocasionarán la reducción de los glaciares del país y sus efectos negativos sobre el suministro de agua, sobre la generación de energía, sobre la contaminación del agua y sobre el lago Titicaca.

El país tampoco está al margen de la lucha mundial contra el cambio climático. El embajador de Bolivia ante la ONU, Pablo Solón, pidió que la reunión de Cancún (México) desemboque en un acuerdo.

La Niña afecta a la región

Según un grupo de meteorólogos chilenos, la inusual crudeza de la ola de frío que hace sacudir al Sur es a causa de la Niña y un mínimo de actividad solar. El clima bajó a grados insólitos después de 40 años. Desde el sur de Argentina y Chile hasta Bolivia, Paraguay, Uruguay, el sur de Perú y el Amazonas brasileño, el mal tiempo suma centenares las víctimas, informó Prensa Latina.

Los 17 récords del calor

El mundo sufre una secuencia sin precedentes de eventos meteorológicos. El 2010 se registraron récords de calor en 17 regiones, según el diario británico The Guardian, con datos de la Organización Meteorológica Mundial. Éstos son: Bielorrusia, Ucrania, Chipre, Finlandia, Qatar, Rusia, Sudán, Níger, Arabia Saudí, Chad, Kuwait, Irak, Pakistán, Birmania, Isla Ascensión, Islas Salomón y Colombia.

Francesco Zaratti
La huella del fenómeno en Bolivia

El retroceso de los glaciares es, en cierta medida, atribuible al incremento promedio de la temperatura del planeta, pero no es la única causa. La desaparición de un glaciar puede deberse también al incremento local de la temperatura (es el caso del glaciar de Chacaltaya), a la debilidad estructural del mismo (los glaciares pequeños son más vulnerables) y a períodos de pocas lluvias.

Los desastres que golpean periódicamente el país, como las inundaciones y sequías, son intensificados por el calentamiento global, pero existen también causas locales, como el desbosque o un uso inadecuado de la tierra y asentamientos en lugares de alto riesgo. Provocan, por ejemplo, que inundaciones que siempre han existido, ocasionen hoy mayores daños y víctimas. Por lo que respecta a la contribución de Bolivia al calentamiento global, si bien nuestro consumo de energías fósiles es muy inferior al de los países industrializados, el país contribuye con dos ítems: los hidrocarburos que exportamos a Brasil y Argentina, y que acaban en emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, y la quema de biomasa.

Francesco Zaratti
Laboratorio de Física de la Atmósfera UMSA