Dos estudiantes universitarios de la localidad mexicana de Ciudad Juárez fueron asesinados de un disparo y sus cuerpos calcinados por sicarios, informaron ayer fuentes oficiales. Los jóvenes, de 18 y 19 años, pertenecían a la Universidad Autónoma de Chihuahua, en el estado del mismo nombre, el más violento de México, a raíz de la guerra de los cárteles de la droga.

Los cadáveres fueron hallados la tarde del lunes, calcinados en una camioneta propiedad de uno de ellos. Según la Policía local, un comando armado persiguió a los muchachos, les disparó con resultado mortal y, tras ello, colocó los cadáveres en el vehículo, que rociaron con gasolina e incendiaron.

La madre de uno de los fallecidos dijo a la prensa local desconocer el motivo del ataque, ya que afirmó que su hijo no estaba involucrado en actos ilícitos. Su esposo, que como la mujer pidió el anonimato, consideró innecesario pedir justicia por el asesinato «porque aquí no hay justicia».

De los miles de crímenes relacionados con el crimen organizado en Chihuahua, y en México, la mayoría permanece impune. «No creo que pase algo, el asesinato de mi hijo no es el primero, le ha pasado a muchos jóvenes y nunca hay justicia», expresó el hombre. En el lugar del suceso se hallaron 33 casquillos percutidos (de dos calibres distintos) y una botella de plástico con combustible.

Ciudad Juárez está considerada la urbe más violenta de México, por registrar más de 3.100 asesinatos en lo que va del año, con un promedio de 8 homicidios por día. En el país, la cifra de muertes asociadas al crimen organizado asciende este año a casi 12.500. El Gobierno vincula a la mayoría de los fallecidos con el crimen, lo que las familias rechazan.