El Gobierno de EEUU autorizó a BP a que mantenga cerrado el pozo de petróleo averiado en el Golfo de México durante 24 horas más para realizar pruebas, a pesar de que expertos detectaron posibles filtraciones en el fondo del mar circundante.

El almirante Thad Allen, encargado del gobierno para poner punto final al peor desastre medioambiental en la historia de EEUU, adoptó ayer la decisión luego de conversaciones con científicos del gobierno y autoridades de BP sobre una filtración junto al pozo y rastros de metano.

«Autorizo a BP a continuar estas pruebas integrales por 24 horas más y reitero nuestra firme posición de que este examen sólo puede seguir adelante si continúan realizando un riguroso monitoreo para detectar cualquier signo de que las pruebas estén empeorando la situación en su conjunto», indicó Allen en un comunicado.

El anuncio de la semana pasada de que BP detuvo el flujo de crudo con un nuevo embudo, incrementó la esperanza de que finalmente la pesadilla que viven los comunidades costeras desde hace tres meses llegue a su fin.

Sin embargo, tres «anomalías» fueron detectadas en las cercanías del pozo, informó Allen en conferencia de prensa ofrecida ayer.  En primer lugar se detectó una fuga a tres kilómetros del pozo, distinta de la fuga responsable de la marea negra, y cuya naturaleza Allen no precisó. Esta fuga, dijo, «no está vinculada» al pozo de BP.

Luego se observaron «varias anomalías (…) en un radio de unos cientos de metros» del pozo, agregó el responsable del gobierno sin precisar su causa. Por último, los ingenieros observaron que salían «burbujas» del embudo instalado por BP para contener el petróleo que emana del pozo.

Allen indicó que las autoridades no creen que las anomalías detectadas «tengan incidencia» en las operaciones contra la marea negra.

Los residentes en el Golfo, que han visto cómo el crudo tamizó el paisaje de la costa, afectando la economía local desde la explosión de la plataforma Deepwater Horizon en abril, reaccionaron con cautela ante la noticia de que un nuevo embudo estaba controlando el derrame de crudo.

Las mediciones de la presión luego de colocado el embudo han crecido sostenidamente desde el comienzo de las pruebas el jueves en la boca del pozo averiado, que tiene un alcance hasta cuatro kilómetros de profundidad bajo el suelo marino.

El desempeño del embudo y su mecanismo de sellado es observado por medio de datos sísmicos, de sonar y de imágenes tomadas por robots en las oscuras profundidades del Golfo de México. Con esos datos, los expertos intentan identificar posibles escapes de gas o de crudo en las formaciones rocosas del suelo del Golfo, a 1.500 metros bajo el lecho marino.

BP dijo ayer a través de un comunicado que los 3.950 millones de euros que lleva desembolsados debido al derrame incluyen el pago de 67.500 indemnizaciones que suman 207 millones de dólares.

El monto señalado por BP incluye los gastos de contención y limpieza del petróleo, la perforación de pozos de derivación, las garantías a los estados con costa en el Golfo y el dinero pagado al Gobierno de EEUU, agregó la firma británica.

Fugas detectadas

La Casa Blanca indicó que se han detectado fugas en la parte superior del pozo. Uno de ellos es la existencia de una fuga, a 3 kilómetros de la cabeza del pozo. Además, se han observado «burbujas» en la salida de la campana.

Catástrofe domina visita de Cameron

El primer ministro británico David Cameron se reunirá hoy con el presidente de EEUU, Barack Obama, en su primera visita oficial a Washington, con una agenda dominada por los problemas del grupo petrolero británico BP, causados por la marea negra que contamina las costas de Luisiana, y la situación en Afganistán.

El viaje de Cameron, que asumió su cargo en mayo, coincide con la realización en Kabul de una conferencia de más de 60 países donantes para contribuir al desarrollo de Afganistán.

Cameron y Obama, que heredaron ambos esa situación de sus predecesores, buscan una «estrategia de salida» con el objetivo de pasar el relevo a mediano plazo al ejército afgano.

El escape de petróleo que contamina el golfo de México desde la explosión de la plataforma Deepwater Horizon, gestionada por la británica BP, frente a las costas de Luisiana, el 20 de abril, figura igualmente en el orden del día.

La marea negra causó tensiones en las relaciones entre Washington y Londres, cuando Obama prometió «dar una patada en el trasero» a los dirigentes de la empresa británica. Obama llamó a Cameron en junio para asegurarle que las críticas no tenían «que ver con la nacionalidad».

«Naturalmente que vamos a hablar de BP. Es una compañía importante, no sólo para Gran Bretaña sino para Estados Unidos, donde emplea a miles de personas», declaró David Cameron.