EEUU y Libia discrepan sobre ataque a consulado en Bengasi
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, atribuyó el ataque del martes contra la representación estadounidense en la ciudad este de Libia a una réplica de las protestas desencadenadas en Egipto contra un filme de origen norteamericano que ridiculiza la figura del profeta Mahoma.

Altos funcionarios de Washington y Trípoli discreparon abiertamente el domingo en torno al ataque contra el consulado de Estados Unidos en la ciudad libia de Bengasi, en el que murieron el embajador Chris Stevens y otros tres estadounidenses.
La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Susan Rice, atribuyó el ataque del martes contra la representación estadounidense en la ciudad del este de Libia a una réplica de las protestas desencadenadas en Egipto contra un filme de origen estadounidense que ridiculiza la figura del profeta Mahoma.
«Según las informaciones de que disponemos hasta ahora, (el ataque) comenzó por una respuesta espontánea -y no premeditada- a lo que pasaba en El Cairo, donde horas antes hubo una violenta manifestación contra este video extremadamente chocante», dijo.
Como consecuencia del ataque en Bengasi murieron el embajador Stevens; Sean Smith, exmilitar de la Fuerza Aérea encargado de los servicios de comunicación en el consulado; y dos exmiembros de comandos de élite de la Marina, encargados de la seguridad.
«Pensamos que un pequeño grupo de gente fue al consulado imitando lo que pasaba en El Cairo y luego, con el desarrollo de los hechos, parece que grupos de extremistas fuertemente armados aprovecharon la situación», dijo Rice a la cadena ABC.
«No vemos en este momento signos de que se haya tratado de un plan coordinado, de un ataque premeditado. Obviamente, vamos a esperar los resultados de la investigación (que lleva a cabo el FBI) y no queremos adelantar conclusiones», agregó.
Por su parte, las autoridades libias trabajan sobre otra hipótesis, afirmando que el ataque a la representación diplomática estadounidense no fue espontáneo.
«Fue planificado, definitivamente, fue planificado por extranjeros, por gente que entró al país hace unos meses. Y estuvieron planeando este acto criminal desde su llegada», dijo Mohammed al-Megaryef, presidente del Congreso nacional libio a la cadena CBS News en una entrevista. Megaryef anunció además que 50 personas están detenidas en relación al caso.
Ya al día siguiente del ataque, Megaryef había apuntado a la red terrorista Al Qaida y también a los partidarios del depuesto régimen de Muamar Gadafi como los responsables del hecho.
La representación de Al Qaida en la península arábiga proclamó por su parte que el ataque se realizó en represalia por la muerte de su dirigente Sheikh Abu Yahya al-Libi, tras un ataque estadounidense con aviones no tripulados, en junio.
Inicialmente, las autoridades estadounidenses se habían inclinado por la hipótesis de un ataque planificado, destacando el hecho que se había producido el día del 11 aniversario de los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos.
El senador republicano John McCain, fuertemente crítico de la política exterior del presidente Barack Obama, consideró por su parte que sería ridículo pensar en otra cosa que no sea un acto terrorista planificado.
La renuencia de los funcionarios estadounidenses a dar detalles sobre el ataque en Bengasi traiciona la determinación de Washington de rastrear a quienes asesinaron a Stevens, el primer diplomático de ese país muerto en el ejercicio de sus funciones desde 1979.
Agentes secretos, espías y drones estadounidenses colaboran con las autoridades libias en la búsqueda de los responsables, pero son obstaculizados en su tarea por el caótico accionar de milicias rivales y alianzas tribales producto de la revolución que derrocó a Gadafi en 2011.
En París, el canciller francés Laurent Fabius dijo a un canal de televisión de su país que el embajador Stevens murió en «condiciones absolutamente atroces», sugiriendo que los detalles de su asesinato podrían conocerse pronto.