Tras cinco días de violentos disturbios que dejaron 46 muertos, miles de egipcios manifestaron anoche en tres ciudades situadas junto al Canal de Suez, en el este del país, desafiando al toque de queda instaurado allí el domingo por el presidente Mohamed Mursi.

Miles de manifestantes desafiaron al toque de queda impuesto por un periodo de 30 días en las ciudades de Puerto Said, Suez e Ismailia, de 21.00 a 06.00, hora local. “Por nuestra alma, por nuestra sangre, te serviremos Puerto Said”, gritaban los manifestantes en esta ciudad, pidiendo la caída del guía de los Hermanos Musulmanes, de los cuales proviene Mursi.

El senado egipcio aprobó ayer la ley que autoriza a Mursi a desplegar el Ejército en las calles para participar junto a la Policía en el mantenimiento del orden. Esta ley permite al Ejército “apoyar a los servicios policiales en el mantenimiento del orden y la protección de las instalaciones vitales del Estado hasta el fin de las elecciones legislativas y cada vez que lo pida el Consejo de Defensa Nacional”, presidido por Mursi.

La violencia, que desde el viernes dejó 46 muertos, refleja la profunda división política del país pero también la hostilidad persistente de la población hacia la Policía acusada de violar sistemáticamente los derechos humanos.