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El avión que cayó en Chile se desintegró al tocar mar

El ministro de Defensa de Chile, Andrés Allamand, quien se halla en la isla —a 700 kilómetros del continente—, dijo este domingo que «hemos tenido hallazgos de restos mortales de pasajeros del avión».

«Esos restos mortales de conformidad con los procedimientos que corresponden, van a ser objeto de identificación por parte del Servicio Médico Legal» que se encuentra en Santiago, dijo Allamand. Los cadáveres fueron llevados por un avión militar rumbo a la capital, según imágenes difundidas por medios locales.

El sábado se hallaron flotando cuatro cadáveres y las autoridades siguen la búsqueda de las otras personas que se hallaban a bordo del Caza 212 que se accidentó el viernes en la tarde, luego de que la piloto intentara aterrizar la nave en dos ocasiones.

Los cuerpos fueron identificados como los del sargento de la Fuerza Aérea de Chile (FACH) Erwin Núñez, de los periodistas de Televisión Nacional de Chile Roberto Bruce y Silvia Slier, y de Galia Díaz, funcionaria del Consejo Nacional de la Cultura.

Hasta ahora se había privilegiado la hipótesis de que los 17 pasajeros no ubicados podían estar dentro del fuselaje sumergido, pero los elementos hallados este domingo «hacen prevalecer la hipótesis de desintegración del avión», dijo el ministro.

«Tenemos que hacernos a la idea de que eventualmente no encontraremos algunos de los cuerpos», advirtió este domingo el ministro Allamand.

Previamente, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, decretó dos días de duelo oficial —que se cumplirán este lunes y martes— «como una manera de expresar solidaridad con los familiares de las víctimas y también el dolor que ha surgido a lo largo y ancho de nuestro país».

«Se está trabajando con la mejor tecnología» para encontrar los cuerpos de las víctimas, pero «no podemos garantizar que esta búsqueda va a ser 100 por ciento exitosa», por la violencia del impacto, advirtió Piñera. «Sabemos que el impacto fue muy violento y que el fuselaje del avión quedó disperso en una amplia zona», agregó el Mandatario.

Las labores de búsqueda eran realizadas por equipos de la FACH y de la Marina chilena junto a grupos de pescadores e isleños, que rastreaban las zonas aledañas a la pista aérea de la isla, en el archipiélago Juan Fernández, donde el avión intentó aterrizar sin éxito dos veces.

«No sabemos cuáles fueron las causas del accidente. Sin duda que las condiciones especiales del aeródromo, las condiciones climáticas y del viento, fueron factores que afectaron negativamente la seguridad de ese aterrizaje», dijo Piñera.

En el avión viajaban cinco miembros de la Televisión Nacional de Chile, miembros del Consejo Nacional de Cultura y de FACH que ayudaban a la reconstrucción de la isla tras el tsunami que la azotó en febrero del 2010.

Se busca en 20 kilómetros

La búsqueda de los restos se concentró en un área de 20 kilómetros de largo frente a la costa sur de la isla, principalmente en Bahía Villagra, donde se efectúa un barrido submarino con el buque Merino, según EFE.

Chile se sume en la tristeza debido al accidente aéreo

Chile estaba sumido ayer en un profundo impacto tras confirmarse que no hay sobrevivientes del avión militar con 21 pasajeros que cayó en la isla Robinson Crusoe, en el océano Pacífico, entre ellos el más popular animador de la televisión local, Felipe Camiroaga.

Tras conocerse la tragedia, miles de personas se han agolpado en las afueras de Televisión Nacional de Chile, donde se multiplicaban los mensajes de aliento, velas, flores y peluches en honor a Camiroaga y a los otros cuatro miembros de su equipo que perdieron la vida en el peor accidente aéreo de los últimos años.

Camiroaga, de 44 años, animó el 2009 y 2010 el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar y desde hace casi una década estaba al frente del Buenos días a todos, que lidera el horario matinal en Chile con más de cuatro horas de transmisión por día, con comentarios de actualidad, cocina, salud y espectáculos.

«No me imagino las mañanas sin Felipe», relató entre lágrimas una mujer en las afueras del edificio de la televisora. «No hay palabras. Es un dolor muy grande, porque yo me levantaba con Felipe y ya el lunes no lo vamos a tener… Él era nuestra compañía mientras hacíamos las cosas de la casa», señaló otra de las miles de personas que llegaron.