El conflicto de Siria recrudece peligrosamente más allá de las fronteras, con Turquía e Israel que amenazan responder con dureza si proyectiles de artillería sirios siguen cayendo en sus territorios.

Según la oposición, ayer murieron 107 personas en suelo sirio, la mayoría de ellas en el norte, en la frontera norte de Hasaka con Turquía. En especial, en bombardeos de los aviones caza del régimen de Damasco sobre la ciudad rebelde de Rai el Ain, y en la provincia de Quneitra, cerca de la frontera con la parte ocupada por Israel de las Alturas del Golán.

La tensión en ese frente alcanzó niveles inéditos en los últimos 40 años y ayer los tanques israelíes atacaron la artillería móvil siria, en respuesta a un golpe de mortero que había superado la frontera, a poca distancia de un puesto militar. “No permitiremos que nuestras fronteras sean violadas o nuestros ciudadanos atacados”, advirtió el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu.

Los jet militares turcos patrullan la frontera con Siria y el gobierno de Ankara transmitió a Damasco una nota de protesta luego de los bombardeos de la aviación siria en Ras al Ain. Los aviones sirios fueron dispuestos “tan cerca de la frontera que constituyen una amenaza” para Turquía, dijo el canciller turco, Ahmet Davutoglu.