A un mes del derrame de petróleo, producto del hundimiento de una plataforma y una explosión en su interior, en el Golfo de México, las aguas del océano se han contaminado con más de 150 mil litros de crudo. «El día que temíamos todos, ha llegado», dijo el gobernador de Luisiana.

La empresa British Petroleum (BP) dijo en principio que unos 800 litros diarios fugaban de la plataforma: unos 5.000 barriles; pero tuvo que corregirse rápidamente cuando expertos federales estimaron que del pozo submarino brotaban 5.000 litros por día.

La BP explicó que las diferencias en el volumen de la pérdida no cambian la situación en la que se encuentra atrapada, sin solución a la vista para detener el derrame, resumió la situación la agencia ANSA.

La empresa, que se encuentra bajo una enorme presión para detener el derrame, aseguró ayer que está extrayendo 3.000 barriles de crudo al día del tubo que insertó el fin de semana pasado en la principal fuga de petróleo. No obstante, admitió que otra importante cantidad aún fluye.

Los reportes de las agencias EFE y AFP describían ayer cómo la marea negra destruyó cerca de 40 kilómetros de pantanos en las costas de Luisiana (sur); así lo dijo Billy Nungesser, presidente del condado de Plaquemines, el más afectado por el petróleo que se derrama en el Golfo de México: «No hay más vida en este pantano. No se podrá limpiar». 

Según expertos, los pantanos de Luisiana, santuario de un ecosistema frágil, corren el riesgo de quedar afectados durante décadas por los efectos de la marea negra. El gobernador del lugar, Bobby Jindal, tras comprobar en un recorrido en helicóptero y luego en barco la llegada del derrame a la costa de su estado, dijo que la marea ha penetrado en las delicadas marismas en torno al delta del Misisipi y amenaza también con llegar a Florida. «No son trozos de alquitrán, no es una capa aceitosa, esto es crudo pesado entrando en nuestros pantanos».

Las autoridades cubanas temen también que la mancha de crudo alcance los arrecifes coralinos de la isla caribeña, que son de los mejor conservados de todo el Caribe, así como el frágil ecosistema de manglares y zonas de cría de tortugas marinas.

Al ver que el derrame tiene ramificaciones más amplias, más allá de la costa estadounidense, el  portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, explicó que su gobierno se ha visto en la obligación, por «responsabilidad regional», de informar a los gobiernos de México, Bahamas y Cuba de los alcances del vertido.

En paralelo, la petrolera sigue preparándose para llevar a cabo la operación «top kill» este fin de semana. El método consiste en que primero se introduce líquidos pesados y después lodo y cemento para frenar el flujo del pozo. El director general de operaciones, Doug Suttles, señaló en una rueda de prensa que BP intentará el domingo inyectar ese material a través de la válvula de prevención. Si fracasara, la petrolera podría recurrir a otra técnica, el «junk shot», que no es otra cosa que introducir una variedad de materiales para sellar el flujo ascendente.

Animales muertos

Autoridades estadounidenses dijeron que desde el comienzo del derrame han encontrado 189 animales muertos. 154 tortugas marinas de la especie en peligro de extinción Kemp, así como 12 delfines y 23 aves migratorias.