Un recuerdo a Juan Pablo II, el «Papa de los jóvenes», centró la gran misa de bienvenida a los peregrinos con la que se abrió la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Madrid, que contará con la presencia de Benedicto XVI, desde mañana.

«Las JMJ, con su larga trayectoria de más de cuarto de siglo, son inseparables del Beato, en cuya memoria celebramos esta tarde la Eucaristía en la plaza de Cibeles madrileña», el «inolvidable, venerado y querido Juan Pablo II», dijo el cardenal-arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, durante su homilía.

Las palabras del cardenal fueron recibidas con un aplauso por los cientos de miles de peregrinos que asistieron a la misa, concelebrada por 800 cardenales, obispos y arzobispos de todo el mundo, junto a 8.000 curas. Rouco Varela criticó el «rampante relativismo espiritual y moral» de la sociedad, animando a los jóvenes a superarlo y «encontrar al Señor», al tiempo que recordó que «Juan Pablo II concebía las JMJ como un instrumento de evangelización».

La Policía española detuvo a un extranjero que presuntamente preparaba un ataque a los manifestantes convocados para hoy en el centro de Madrid contra la JMJ. Se trata de «una persona que planeaba atentar contra los manifestantes opuestos a la visita de su santidad Benedicto XVI» a través de «gases asfixiantes y otras sustancias químicas», según un comunicado de la Policía.

Según el diario El País, el detenido es un mexicano de 24 años y ultracatólico.