Dos nuevas esclusas desvían gran parte de las aguas en el sur de EEUU

Las autoridades de Luisiana, en EEUU, abrieron ayer dos nuevas esclusas para desviar parte de las aguas del Misisipi hacia una zona rural y evitar que la crecida del río pueda causar una nueva inundación de Nueva Orleans, seis años después de la provocada por el huracán Katrina.

Hasta el momento son cuatro las esclusas abiertas en el sistema de diques de Morganza, que cuenta con 125. Se prevé que llegue a abrirse una cuarta parte de ellas.

La apertura de las esclusas se desarrolla de manera gradual para permitir la evacuación de los habitantes de la zona que se prevé que quede anegada.

Es la primera vez en 38 años que las autoridades de Luisiana se ven obligadas a abrir las esclusas, una medida causada por la fuerte crecida del río Misisipi, la mayor en más de 70 años. Las aguas se dirigirán a la cuenca del río Atchafalaya, una zona rural de 7.770 kilómetros cuadrados donde residen cerca de 25.000 personas.

Esta zona podría quedar cubierta por más de siete metros de agua en algunos puntos, según las autoridades estatales.
De no haber abierto las compuertas, la presión de las aguas, superior a los 42.500 metros cúbicos por segundo, amenazaba con derribar los diques que protegen Baton Rouge y Nueva Orleans, que aún lucha por recuperarse de la inundación sufrida el 2005 al paso del huracán Katrina.

Además, se verían amenazadas hasta ocho refinerías de petróleo, que representan el 12 por ciento de la capacidad del país, y una central nuclear.

Una cadena de tormentas y el deshielo tras una temporada de nieve especialmente abundante ha causado una fuerte crecida del río Misisipi, el tercero más largo de América del Norte y el cuarto más caudaloso del mundo.