El disidente chino Liu Xiaobo, que desde diciembre purga 11 años de cárcel por «subversión», fue galardonado con el Nobel de la Paz por su lucha por los derechos humanos, decisión que provocó la indignación de Pekín, pero que reavivó los llamamientos para su liberación.

El Ministerio chino de Relaciones Exteriores convocó ayer al Embajador de Noruega en Pekín, al que expresó su «descontento» por la atribución del Premio Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo, anunció el gobierno noruego.

Según China, la decisión del comité Nobel noruego es contraria a los principios del Nobel. «Lu Xiaobo es un criminal condenado por el sistema judicial chino porque ha violado las leyes chinas», estima Pekín.

Es la primera vez que un chino residente en China (salvo Hong Kong) recibe un Nobel, en cualquiera de las categorías. La noticia fue censurada en los principales sitios de internet del país y los SMS que contienen el nombre del premiado fueron bloqueados.

El presidente estadounidense, Barack Obama, ganador de ese premio el año pasado, saludó la distinción a Liu Xiaobo, llamando además al gobierno chino a liberarlo. «Al conceder el premio a Liu, el Comité Nobel eligió a alguien que ha sido un portavoz elocuente y valiente para el avance de los valores universales a través de medios pacíficos y no violentos, como su apoyo a la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho», dijo Obama.

También la secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton, reclamó la «liberación inmediata» del disidente chino. Francia, Alemania, Liu Xia, esposa de Liu Xiaobo, varias ONG y el Dalai Lama, que obtuvo ese Nobel en 1989 provocando la ira de Pekín, también pidieron la liberación del disidente, al que Taiwán y la ONU felicitaron igualmente.

«La recompensa del Premio (Nobel) de la Paz es el reconocimiento de la comunidad internacional de las voces que crecen en el pueblo chino para empujar a China hacia reformas políticas, jurídicas y constitucionales», afirmó el Dalai Lama en un comunicado.

El flamante Nobel de Literatura 2010, el peruano Mario Vargas Llosa, consideró que el premio otorgado a Liu Xiaobo «es un homenaje a todos los disidentes chinos y a todos los chinos que quieren que el crecimiento y el progreso en China fuera no sólo económico, sino político».

Apoyo a un valiente manifiesto

-«El premio es un apoyo a todos los firmantes de la Carta 08.
Respetar los derechos humanos y la libertad religiosa son el único modo de salvar China de la catástrofe que ya se puede ver. Es una advertencia a Pekín, pero también a Occidente, que ve al gigante chino sólo como un medio para resolver sus propios problemas», afirmó el religioso Bernardo Cervellera, director de Asianews.

-Cervellera agregó que «sorprende la valentía» del comité del Nobel para la Paz a indicar a Liu Xiaobo como vencedor «en un momento en el que toda la comunidad internacional se postra ante la China súper rica, superpoderosa, el mercado más grande del mundo». EFE