El papa Francisco comenzó su esperada revolución con la creación de un grupo de ocho cardenales, procedentes de los cinco continentes, para estudiar cómo reformar la Curia romana tras los últimos escándalos.  La iniciativa del Pontífice argentino surge tras las sugerencias realizadas durante las Congregaciones generales precedentes al cónclave, según un comunicado de la oficina de prensa del Vaticano publicado ayer.

El Consejo ha sido constituido “para aconsejarle en el Gobierno de la Iglesia universal y estudiar un proyecto de revisión de la Constitución Apostólica Pastor Bonus”, promulgada por Juan Pablo II en 1988 y que regula la composición y competencias de los distintos dicasterios y organismos que forman la Curia romana.

El exarzobispo de Buenos Aires (Argentina), que justo ayer cumplió un mes como Papa, ha realizado ya gestos considerados revolucionarios por su carácter humilde y cercano a los fieles, pero aún no había tomado decisiones sobre la organización de la Iglesia.

La reforma de la Curia romana fue uno de los principales temas de preocupación en las Congregaciones previas al cónclave, cuando estaba latente el caso VatiLeaks, el robo de documentos de los que surgieron divisiones entre sus miembros.

Pero, además, sobre el ministerio del papa Jorge Mario Bergoglio pesaba la necesidad de dar mayor colegialidad, transparencia y fiabilidad al aparato vaticano, además de otro de los temas que preocupan al Pontífice: reducir las cargas económicas que implican.

Reunión en octubre

La primera reunión del Consejo se celebrará entre el 1 y 3 de octubre de este año. El papa Francisco ya ha comenzado los contactos con los cardenales, según se informó desde el Vaticano. 

De los cinco continentes

El grupo estará formado por cardenales representantes de los cinco continentes, comenzando por el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el italiano Giuseppe Bertello. También figuran el arzobispo emérito de Santiago de Chile, el cardenal Francisco Javier Errázuriz, y los arzobispos de Bombay, Oswald Gracias, de Múnich, Reinhard Marx, y de Kinshasa, Laurent Monsengwo Pasinya.

La lista se completa con el arzobispo de Boston, Sean Patrick O’Malley, uno de los cardenales más comprometidos en la lucha contra los curas pederastas, así como el de Sídney, George Pell, y el de Tegucigalpa, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, que tendrá la función de coordinador.

El obispo de Albano, Marcello Semeraro, será el secretario. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, precisó que el consejo tendrá funciones de “asesoramiento” y no “tomará decisiones”, ante algunos informaciones relativas a que “restaría poderes a la actual Secretaria de Estado”.