El incendio provocado por una explosión en la mayor refinería de Venezuela seguía activo ayer, 36 horas después del fatal accidente que dejó 41 muertos y varios militares desaparecidos en la zona que visitó el presidente Hugo Chávez.

“Se sigue batallando contra ese incendio”, aseguró el Mandatario, en referencia a las inmensas llamas que se elevaban por encima de dos tanques de almacenamiento de la refinería de Amuay (estado de Falcón, noroeste), donde una fuga de gas causó el sábado en la madrugada el peor accidente registrado en un complejo de la estatal PDVSA.

Chávez, que ordenó una investigación “profunda” de los hechos y decretó tres días de duelo nacional, se mostró nada más llegar al terreno “muy dolido” por las víctimas; luego informó que se está  buscando a “algunos guardias que no aparecen”, sin precisar el número.

Con la muerte de dos militares que ingresaron en un hospital de Maracaibo, en el vecino estado de Zulia, llegan a 20 los efectivos fallecidos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), que custodiaban el complejo y habitaban en sus inmediaciones, además de 15 civiles, la mayoría familiares.

PDVSA “lamenta profundamente el fallecimiento de dos (miembros de la GNB) de los nueve heridos ingresados el sábado” al centro de Maracaibo, indicó ayer en un comunicado la petrolera.

Otros seis cadáveres estaban por ser identificados, por lo que el saldo de muertos se eleva hasta el momento a 41, además de una treintena de heridos ingresados en distintos hospitales de la zona a la refinería y en Maracaibo.

Chávez dijo que PDVSA está “haciendo una primera evaluación” sobre el origen de la fuga de gas que provocó la explosión. Descartó que sea por la falta de mantenimiento y tachó de “irresponsables” a quienes achacan el accidente a un mal estado de las instalaciones. Y se mostró dispuesto a “exponerse” al riesgo: los técnicos de PDVSA “no han podido llegar porque es muy peligroso (…) Yo quiero ir un poco más cerca del foco de la explosión”, dijo.

El ministro de Petróleo y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, explicó que la situación de las áreas de procesamiento de la refinería es “de completa normalidad” y añadió que “estamos en capacidad de reactivar nuestra refinería en dos días a partir de que declaremos la zona ya completamente segura”.

Empero, a José Bodas, secretario general de la Federación Unitaria de Trabajadores de Petróleo de Venezuela, le parece “muy apresurado decir que se va a reactivar la planta sin saber qué ocasionó la explosión”.