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En Siria, la devaluación de la moneda hace temer el hambre y desata manifestaciones

Oum Ahmad y su familia sobrevivieron a años de guerra, pero hoy esta mujer siria teme que la caída inédita de la moneda nacional traiga el hambre a su casa.

«Desde el inicio de la guerra, hemos atravesado todo tipo de sufrimientos», explica este mujer de 39 años y madre de cinco hijos, que ha tenido que huir en tres ocasiones por los combates en la región de Idlib, el último gran bastión yihadista y rebelde de Siria.

«Si la libra (siria) sigue cayendo así, tendremos que hacer frente a una grave hambruna», advierte.

Estos últimos días, la libra siria se hundió hasta sus peores niveles desde el inicio de la guerra en 2011, lo que hizo disparar los precios y llevó al cierre a varios comercios. La situación desató manifestaciones inéditas en las regiones controladas por el régimen de Damasco.

Hoy en día, en algunas zonas del norte controladas por los rebeldes pro-Ankara, hay tiendas que prefieren utilizar la libra turca.

En Binnish, ciudad situada en el norte de Idlib, Oum Ahmad espera poder encontrar harina a un precio razonable para poder almacenarla, por si la situación empeora.

«Vendimos terrenos que habíamos heredado y vivimos de eso, pero no creo que dure mucho tiempo», dice.

Según el Programa Mundial de Alimentos, los precios de los alimentos aumentaron 133% desde mayo de 2019, en un país donde 9,3 millones de personas se encuentran en condiciones de inseguridad alimentaria.

Manifestaciones

Devastada por nueve años de guerra, la economía siria se ve ahora afectada por la actual crisis financiera en el Líbano. El país vecino permitió durante mucho tiempo llevar dólares hacia las zonas gubernamentales, sometidas a sanciones internacionales.

Para Damasco, estas sanciones, así como la «manipulación» de los tasas de cambio han causado una fuerte depreciación.   El miércoles, el dólar valía casi 3.000 libras sirias. Entre sábado y lunes, pasó de 2.300 a más de 3.000 libras, es decir, más de cuatro veces la tasa oficial, establecida en marzo por el Banco Central a 700 libras. Antes de la guerra, el billete verde valía 47 libras.

Según los analistas, este desplome se debe a la preocupación ante las nuevas sanciones de Estados Unidos, que tienen que entrar en vigor el 15 de junio. También contribuye a ello la inesperada caída en desgracia del empresario más rico del país, Rami Makhlouf, primo del presidente sirio.

En la ciudad de Idlib, el aumento del precio del pan provocó manifestaciones contra los yihadistas que controlan la región, donde viven tres millones de habitantes, la mayoría de los cuales dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir.

El descontento también va en aumento en las zonas en manos del régimen, como en la provincia de Sweida (sur), donde decenas de personas se manifestaron estos últimos días. Clamaban «Abajo Bashar Al Asad» o «Revolución, liberad, justicia social», según un video difundido por un medio local.

Estos lemas recuerdan los que se oían en las manifestaciones en 2011, y cuya sangrienta represión desató la guerra que ha causado hasta ahora más de 380.000 muertos.

«Disturbios incontrolables»   

En el nordeste del país, bajo control kurdo, los precios también suben de forma vertiginosa. «Hay una tasa de cambio por la mañana y otra por la tarde», explica el vendedor Rached Oumari, en Qamishli. «Vendemos con pérdidas».

Para el analista Zaki Mehchy, «el régimen no puede permitirse un nuevo aumento de los precios ya que sabe pertinentemente que esto llevaría (…) a disturbios sociales incontrolables».

Damasco debe atajar la crisis con sus propios medios, a través de «medidas coercitivas para neutralizar a los especuladores» y concediendo más privilegios económicos a sus aliados ruso e iraní para recaudar divisas estables, considera este experto.

En la capital, Lamiss al Sheij, madre de cinco hijos, se lamenta: «los precios se disparan». «Temo (…) volver a casa un día» con las manos vacías.

(10/06/2020)