El jefe del Gobierno escocés, Alex Salmond, rompió el misterio sobre el referéndum de independencia de Escocia al desvelar que se celebrará el 18 de septiembre de 2014, un “día histórico” en que ese territorio determinará su destino.

“Será un día histórico en que la gente decidirá el futuro de Escocia”, dijo Salmond en una intervención ante el Parlamento autónomo, donde compareció para presentar la ley que regulará la celebración de la consulta.

Una Escocia independiente, argumentó, podría gestionar mejor sus recursos, como el petróleo, y evitar los recortes del gasto público y la merma del Estado del bienestar que ahora impone el Gobierno británico.

Si los escoceses votan por la independencia, pondrán fin a más de 300 años como parte de Gran Bretaña y al Tratado de la Unión, por el que Inglaterra y Escocia acordaron unir sus parlamentos en 1706.