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Estados Unidos evita el abismo fiscal, Obama consigue una victoria frente a los republicanos

/ 2 de enero de 2013 / 13:58

El Congreso estadounidense adoptó el martes una ley para evitar el llamado abismo fiscal, que habría provocado subidas de impuestos y recortes de gasto público, una victoria para el presidente Barack Obama frente a los republicanos pero que sólo aplaza a dentro de unas semanas otros problemas importantes para la economía del país.

El voto del Congreso fue recibido positivamente por las principales bolsas del mundo, que este miércoles comenzaron el año en fuerte alza. La bolsa de Hong Kong cerró ganando 2,89% y a la apertura Londres subía 1,28%, Fráncfort 1,01%, París 1,73% y Madrid 2,2%.

«Uno de las principales promesas de mi campaña fue cambiar el código de los impuestos, demasiado sesgado hacia los ricos a expensas de los trabajadores americanos de clase media», dijo el presidente demócrata en una alocución en la Casa Blanca poco antes de las 23h30 (04h30 GMT del miércoles).

«Esta noche hemos cumplido la promesa gracias a los votos de los demócratas y de los republicanos en el Congreso», añadió.

Apenas 20 minutos antes, hacia las 23h00 (04h00 GMT), la Cámara de Representantes, con mayoría republicana, aprobó un proyecto de ley que aumenta los impuestos para las familias con ingresos superiores a 450.000 dólares al año, un día después del voto favorable del Senado dominado por los demócratas.

A pesar de su rechazo a cualquier tipo de aumento de impuestos, una parte de los republicanos aceptó votar a favor de la medida para evitar el llamado abismo fiscal, que habría provocado una subida generalizada de impuestos combinada con importantes recortes en el gasto público, en particular en el presupuesto de defensa.

Con 275 votos a favor y 167 en contra, la Cámara de Representantes puso así fin a dos semanas de enfrentamientos y negociaciones en Washington.

El martes, el Senado se había reunido en una noche de fin de año -por primera vez en los últimos 40 años- para aprobar el proyecto de ley por mayoría (89 contra a 8), gracias a un acuerdo entre el vicepresidente Joe Biden y el jefe de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.
   
Advertencia sobre el techo de la deuda

En su alocución, Obama también advirtió a sus adversarios que no permitirá que se ponga en duda la necesidad de aumentar el techo de la deuda en el primer trimestre del año, una medida a la que se oponen los republicanos.

«Si el Congreso se niega a dar al gobierno de Estados Unidos la capacidad para pagar las facturas a tiempo, las consecuencias para la economía global serían catastróficas», dijo el presidente. En 2011, el conflicto con los republicanos sobre el techo de la deuda había llevado a la agencia de calificación financiera Standard and Poor’s a rebajar la nota de Estados Unidos.

Obama, que había interrumpido un día después de Navidad sus vacaciones en su Hawai natal para volver a Washington y resolver esta nueva crisis con los republicanos, subió este miércoles al Air Force One para reunirse con su mujer y sus hijas en Honolulu.

La resolución de la crisis del abismo fiscal llega a tiempo para evitar el pánico en los mercados, especialmente en Wall Street, que volverá a abrir este miércoles después de las vacaciones de Año Nuevo.

Una vez Barack Obama promulgue la nueva ley, el tipo impositivo para las familias con ingresos de más de 450.000 dólares al año pasará del 35% al 39,6%.

Pero todavía quedan cuestiones pendientes para la economía estadounidense, como las medidas de recorte del gasto público, aplazadas dos meses, y que provocaran probablemente un nuevo enfrentamiento entre la Casa Blanca y los republicanos.

Por el momento Obama ha conseguido, tan sólo dos meses después de su reelección a la cabeza de la primera potencia mundial, una victoria política con una ley que pone fin a las ventajas fiscales para los más ricos heredadas de la presidencia de su predecesor, el republicano George W. Bush.

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Sin progresos en crisis por presupuesto en EEUU, Obama afirma estar «exasperado»

Ratificando sus desacuerdos, los jefes demócratas y republicanos en el Congreso concluyeron la noche de ayer una reunión con Obama, al cumplirse el segundo día de cierre parcial del Estado federal.

/ 3 de octubre de 2013 / 13:35

La crisis por el presupuesto persiste hoy en Estados Unidos, donde el presidente Barack Obama dijo estar «exasperado» por este bloqueo que comienza a provocar inquietud en el mundo.

Ratificando sus desacuerdos, los jefes demócratas y republicanos en el Congreso concluyeron la noche de ayer una reunión con Obama, al cumplirse el segundo día de cierre parcial del Estado federal.

Debido a la falta de acuerdo con los republicanos por el tema del presupuesto en el Congreso, las administraciones centrales en Estados Unidos están parcialmente cerradas desde la mañana del martes.

El miércoles, Obama dijo estar «exasperado» por esta crisis con el Congreso e intentó sumar a sus filas a los inversores de Wall Street.

«Evidentemente, estoy exasperado, porque (esta crisis) es completamente superflua», dijo el presidente durante una entrevista con la cadena de televisión CNBC, reiterando que no negociará con sus adversarios sobre el aumento del techo de la deuda.

«Wall Street, esta vez, debería estar inquieta» por el bloqueo actual, precisó Obama poco después del cierre de la Bolsa de Nueva York.

Frustrados por no haber obtenido hasta ahora ninguna concesión sobre el presupuesto por parte de los demócratas, cada vez más legisladores republicanos vinculan el debate sobre el cierre de los servicios federales al del alza del techo de la deuda.

Si el Congreso no da luz verde de aquí al 17 de octubre para aumentar el techo de la deuda, Estados Unidos corre el riesgo de encontrarse en default de pagos a partir de esa fecha, una situación sin precedentes.

«Catastrófico»

«Si Estados Unidos pone a su deuda en default, se corre el peligro de enviar una señal a los mercados de que el país no es un tomador de préstamos creíble. Y a la vista del volumen de la deuda que circula dentro del sistema estadounidense, eso podría ser catastrófico», advirtió David Smith, del centro de estudios sobre Estados Unidos de la Universidad de Sidney.

En Pekín, la agencia oficial China Nueva también expresó su «inquietud» por las repercusiones de esta crisis sobre la economía mundial, y puso como ejemplo a varios países emergentes.

«Aunque su impacto inmediato parece limitado, los daños se multiplicarán si la situación continúa durante varios días, incluso semanas, suscitando inquietudes sobre los riesgos de contagio», destacó China Nueva.

Para el ministro filipino de Finanzas, Cesar Purisima, el bloqueo estadounidense «es una desgracia para el resto del mundo, porque hasta países como Filipinas son llevados hacia un remolino debido a ese juego de villanos en Washington».

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, expresó su inquietud el miércoles, estimando que esta parálisis representaría, «si se prolonga, un riesgo para Estados Unidos y para el mundo».

Los mercados han permanecido en calma hasta el momento pero los inversores se interrogan sobre el impacto de ese bloqueo sobre el crecimiento.

A su salida de la Casa Blanca, donde se había reunido con Obama y otros pesos pesados de las finanzas estadounidenses, el director general de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, advirtió que si bien «existen precedentes de una parálisis del Estado, no hay ningún precedente para un default» de la deuda norteamericana.

«Podemos discutir de nuevo sobre cuestiones políticas (…) pero no se puede hacer uso de la amenaza de un default sobre la deuda» como medida de presión, estimó Blankfein.

Los republicanos, opuestos a la reforma de la salud promulgada por Obama, rechazan votar un presupuesto que no suprima la financiación de esa ley.

«El presidente repitió una vez más que no quería negociar», subrayó el jefe de los republicanos en la Cámara de representantes, John Boehner, al retirarse de la Casa Blanca la noche del miércoles.

La Casa Blanca no ofreció detalles hasta el momento sobre la reunión que se extendió por una hora y media.

Consultado luego de la salida de Boehner de la residencia ejecutiva, el jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, excluyó que se vaya a ceder sobre la reforma sanitaria y exhortó a los republicanos a adoptar una ley de presupuesto que sea válida por algunas semanas, el tiempo necesario para lograr un acuerdo más extenso.

Alrededor de 800.000 funcionarios federales estadounidenses, sobre más de dos millones, fueron licenciados sin sueldo y todas las administraciones han reducido sus efectivos al mínimo para funcionar, en una medida adoptada por primera vez desde 1996.

Este cierre parcial de los servicios federales marca un pico de tensión tras 33 meses de enfrentamientos sobre el presupuesto entre demócratas y republicanos, que retomaron el control de la Cámara de representantes en enero de 2011, tras la elección de decenas de legisladores del movimiento ultraconservador Tea Party.

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Obama y Xi buscarán generar confianza mutua en cumbre clave

Xi realiza su primera visita como presidente a Estados Unidos, tres meses después de asumir el control de la maquinaria del Estado chino.

/ 7 de junio de 2013 / 12:28

El presidente estadounidense Barack Obama y su par chino Xi Jinping se recluirán hoy en un oasis del desierto californiano (oeste de Estados Unidos) en una cumbre inusualmente distendida para generar química personal entre ambos líderes.

Las acusaciones de hackeo y espionaje informático por parte de China, el desafío nuclear de Corea del Norte y las constantes quejas comerciales entre las dos economías más grandes del mundo, socios obligados y rivales a la vez, dominarán las conversaciones.

Pero Obama -que ya se había encontrado con Xi a principios de 2012 cuando éste era vicepresidente- tiene un propósito más amplio: intentar deducir la visión estratégica del hombre que guiará a la creciente China más allá de su propia presidencia, por lo que los resultados del encuentro no tendrán tanto un efecto inmediato como en el largo plazo.

Xi realiza su primera visita como presidente a Estados Unidos, tres meses después de asumir el control de la maquinaria del Estado chino, y los expertos consideran que ésta será la reunión sino-estadounidense más significativa en años.

Obama buscará asimismo un nuevo intento por lograr avances en una relación geopolítica que probablemente definirá en parte su legado, y que ha causado frustración en la Casa Blanca en las conversaciones poco distendidas con el ex presidente chino Ju Juntao.

No se esperaba que Obama y Xi se reunieran hasta la cumbre del G8 en Rusia en septiembre, pero ambas partes, sintiendo la incertidumbre de su complicada y en ocasiones difícil relación, valoraron los beneficios de un encuentro temprano.

Los mandatarios dejarán de lado la formalidad y las convenciones de los encuentros sino-estadounidenses normalmente programados minuto a minuto, en su encuentro en el suntuoso retiro de Annenberg, en el desierto de la soleada California.

«Desde el albor del los mandatos de ambos presidentes, sentimos que tener este tipo de encuentro para conversaciones abiertas e informales entre ambos líderes les permitiría cubrir la agenda más amplia posible», dijo un funcionario estadounidense, bajo condición de anonimato.

Pero Obama también quería «forjar una relación de trabajo en la que nos podamos recostar mucho en los años venideros», agregó.

«La relación sino-estadounidense es tan importante como cualquier relación bilateral para trazar la trayectoria de la economía global y la seguridad global en el siglo XXI», indicó.

Obama y Xi se reunirán el viernes a las 17H00 (00H00 GMT), antes de las conversaciones formales y una cena de trabajo. Luego se volverán a reunir en la mañana del sábado.

La Casa Blanca no espera grandes avances, en parte debido a la rapidez con que se organizó la agenda y en parte debido a lo agudo de los temas que enfrentan a ambos líderes.

Pero se esperan conversaciones con mucha franqueza sobre seguridad informática, tras una serie de informes acerca de operaciones desde China para robar grandes secretos militares y comerciales estadounidenses.

China ha dicho creer que también es víctima de espionaje informático y confrontará a Washington sobre sus propias actividades.

En un intento por asegurar que el tema no ensombrezca la cumbre, ambas partes ya han anunciado que sostendrán conversaciones a nivel de grupos de trabajo sobre ciber-seguridad en julio.

El capítulo Corea del Norte también estará sobre la mesa. Los funcionarios estadounidense se han mostrado alentados por las señales de que China se está impacientando con las bravuconadas de Pyongyang.

A Xi también le interesará escuchar las explicaciones de Obama sobre su posicionamiento militar y diplomático Asia-Pacífico, que ha irritado a Pekín, y que para algunos observadores que busca contener el ascenso de China.

Por su lado, Obama está presionado para enfrentar lo que líderes empresariales estadounidenses consideran políticas económicas depredadoras de China, así como el robo de la propiedad intelectual estadounidense.

Ya hay especulaciones en Washington sobre los próximos pasos si Obama y Xi llegan a congeniar.

John Frisbie, presidente del Consejo Empresarial China-Estados Unidos, dijo que las conversaciones ya eran un 50 por ciento exitosas por el solo hecho de tener lugar en esta fecha tan temprana.

«Dependiendo de cómo se den las cosas este fin de semana, el próximo paso (…) podría ser una cumbre presidencial anual», dijo.

«Mucha gente, nosotros incluidos (…) sentimos esta es una relación bilateral importante, una de las más importantes, si no la más importante, para ambos países», indicó.

Previo a las conversaciones, activistas y familiares de prisioneros políticos encarcelados en China instaron a Obama a hacer de los derechos humanos una prioridad en las conversaciones.

«El presidente Obama debería dejar la diplomacia centrada en temas comerciales y en cambio impulsar la diplomacia centrada en los derechos humanos», dijo Chen Guangcheng, el abogado ciego que el año pasado escapó de su arresto domiciliario en Shandong (este de China) para refugiarse en la embajada de Estados Unidos.

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