«Cuando el presidente uruguayo Tabaré Vázquez no respondió positivamente a la insistencia de Kirchner para detener la construcción de dos plantas de celulosa en la frontera y se hicieran estudios ambientales adicionales, la retórica de Kirchner alentó a los residentes de las provincias afectadas a intensificar su bloqueo en los puentes que conectan los dos países, resultando en millones de dólares de pérdidas comerciales y de turismo para Uruguay», afirma un cable que el embajador de EEUU en Argentina, Lino Gutiérrez, transmitió en junio del 2006 a Washington, en el que analizó lo que denominó «Estilo-K» y que fue filtrado por Wiki-Leaks.
El diplomático señaló que cuando el presidente argentino —que falleció el 2010 y era esposo de la actual mandataria Cristina Kirchner— confrontaba un problema, su instinto era ir a la ofensiva en lugar de negociar, subiendo la apuesta si sus esfuerzos iniciales no le daban resultados que pretendía. En otro cable del 2006, la embajada narra una conversación en la que el embajador Alfredo Chiaradia, secretario de Comercio Exterior de la Cancillería argentina, brinda «una clara señal» de que su Gobierno no permitiría a Uruguay firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC).