Los líderes de los 27 países que conforman la UE iniciaron ayer una reunión de dos días en la que estudiarán nuevas vías para solucionar los problemas de la zona euro, centrándose en el largo plazo y dejando para diciembre los asuntos más controvertidos.

La cita explora en particular un nuevo diseño político, económico y fiscal de la Unión Europea (UE), que permita resolver las dificultades que afectan a esos países. El Consejo presentará a los jefes de Estado y de Gobierno un informe con propuestas para reformar la arquitectura de la eurozona.

El texto recoge una nueva estructura basada en cuatro pilares (unión bancaria, fiscal, económica y política) y plantea varias ideas que prometen generar un fuerte debate, como la propuesta para crear un presupuesto y un Tesoro propios de la eurozona, que tendrían como fin financiar reformas y amortiguar turbulencias en países con problemas.

También se pondrá sobre la mesa la emisión de algún tipo de deuda en común  —hasta ahora siempre rechazada por Alemania— y la creación de un fondo de amortización para la deuda acumulada por los Estados antes y durante la crisis financiera.

Ayer, se llegó a un acuerdo para la creación del supervisor bancario único a fines de diciembre y su implementación gradual a lo largo del próximo año. “Los líderes de la UE confirman su compromiso de junio sobre la unión bancaria: acuerdo sobre el marco político a fines de 2012 y puesta en marcha gradual a lo largo de 2013”, señaló el portavoz Olivier Bailly.

Comisión propone limitar biocarburantes

La Comisión Europea propuso una reorientación de su política de biocarburantes para reducir el impacto negativo en la producción de alimentos. Un día antes, el relator de Naciones Unidas en la materia pidió directamente dejar la producción de este tipo de energéticos.

La UE pretende limitar los biocarburantes llamados de “primera generación”, es decir los que se producen a partir de productos derivados de cultivos alimenticios (trigo, maíz, remolacha, colza, etc) para alentar el desarrollo de biocombustibles sobre la base de otras materias primas como desechos y paja.

Si se aplicara la propuesta europea, los biocarburantes de primera generación, que hoy representan el 4,5% del consumo de energía del sector de transportes en la UE, no podrían superar el 5% del total en 2020. Sin embargo, se mantiene el objetivo global de alcanzar en 2010 el 10% de energías renovables en el sector de transportes en la UE.

El miércoles, en Bruselas, el relator de Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, Olivier de Schutter, invitó a la UE a que abandone totalmente los biocarburantes porque su producción compite con la que se destina a la alimentación.