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Exlíder de Sendero Luminoso ‘Camarada Artemio’ desafiante en juicio por terrorismo

'Artemio' denunció que desde el momento de su detención fue sometido a interrogatorios "humillantes", desnudo y bajo "amenazas de ser asesinado". Y dijo que tras su captura fue operado de una herida de bala en la mano "sin anestesia", lo que consideró "una tortura".

/ 9 de enero de 2013 / 22:39

Con actitud desafiante, el «camarada Artemio», último líder histórico de la guerrilla Sendero Luminoso en Perú, dijo el miércoles estar dispuesto a someterse «al derecho penal del enemigo» y defenderse en un próximo interrogatorio de las acusaciones por más de 500 actos terroristas y asesinatos de policías y civiles.

Florencio Flores Hala (su verdadero nombre) vivió escondido y a salto de mata en la selva peruana durante 20 años, escapando de una persecución militar que acabó con su captura recién en febrero pasado.

«He venido a defenderme del derecho penal del enemigo, que es autoritario», dijo de pie y sin esposas, frente una jueza que le ordenó mantener la calma en una sala judicial de la base naval en el puerto de El Callao, en las afueras de Lima, donde también funciona una prisión de máxima seguridad en que se lo mantiene encerrado.

También allí purga su cadena perpetua Abimael Guzmán, fundador de Sendero Luminoso, y al igual que ellos, Vladimiro Montesinos, el ex jefe de inteligencia y ‘cerebro gris’ del gobierno del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) que desde las sombras dirigió durante años el combate a la guerrilla.

‘Artemio’ denunció que desde el momento de su detención fue sometido a interrogatorios «humillantes», desnudo y bajo «amenazas de ser asesinado». Y dijo que tras su captura fue operado de una herida de bala en la mano «sin anestesia», lo que consideró «una tortura».

Exjefe regional de la guerrila en el valle del Alto Huallaga, el ‘camarada Artemio’ controlaba una amplia región de la selva central peruana, centro de operaciones de bandas de narcotraficantes, donde se refugió luego de la captura en setiembre de 1992 de Abimael Guzmán.

La audiencia de este miércoles marcó un giro en su postura inicial de Flores Hala de negarse a declarar, como lo había manifestado en una sesión de fines de diciembre.

«Estoy dispuesto a declarar», dijo esta vez.

En la primera audiencia del 26 de diciembre, había mostrado el puño izquierdo cerrado en alto y recibió un reprimenda del tribunal, que lo citó nuevamente para el lunes cuando el fiscal Luis Landa, que pidió cadena perpetua para el ex guerrilero, comenzará a interrogarlo.

‘Camarada Artemio’ se presentó con su nuevo abogado, Alfredo Crespo, líder del Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), quien fuera acusado la semana pasada ante el Poder Judicial por el gobierno del «delito de pertenencia a Sendero Luminoso» bajo el argumento de que «Movadef, es Sendero Luminoso».

En los últimas dos décadas, ‘Artemio’, quien se califica como «político» y no «terrorista», dirigió un «ejército guerrillero popular» hasta febrero pasado en que, según él, se entregó al ejército, versión rechazada por el gobierno que asegura que lo capturó tras una vasta operación de inteligencia.

Sendero Luminoso inició su declive desde la captura de Abimael Guzmán, y entonces se generó una división de sus seguidores entre los llamados «acuerdistas» y el grupo «proseguir», que pretendía continuar con la lucha armada.

Artemio, considerado un hombre leal a Guzmán y ex integrante del Comité central histórico de Sendero Luminoso, se alineó con los «acuerdistas», que optaron por seguir el llamado de Guzmán, quien un año después de su captura planteó un «acuerdo de paz» con el gobierno para «poner fin a los problemas derivados de la guerra», que inició en mayo de 1980.

En la otra orilla se colocaron los de la línea «proseguir» con la guerra, cuyo bastión se ubica en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem, sudeste), que acusa a Guzmán de haber traicionado la línea inicial de Sendero Luminoso.

El conflicto armado que inició Sendero Luminoso dejó un saldo entre 1980 y 2000 de 69.000 muertos y desaparecidos, según un informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.

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Caso de chileno que asesinó a bebé en rito satánico conmociona a Perú

Gustavo Castillo Gaete, de 36 años, quien se consideraba una divinidad, apareció colgado de una viga en una casa abandonada cerca de la plaza principal de Cusco, donde llegó fugitivo de su país tras perpetrar el crimen en la ciudad chilena de Quilpué, al oeste de Santiago, en noviembre pasado.

/ 2 de mayo de 2013 / 23:14

El caso de un chileno que asesinó a un bebé en un rito satánico «para salvar al mundo» y se suicidó el miércoles en Cusco (sudeste), acorralado por la policía, conmocionaba este jueves a Perú, donde los investigadores intentaban reconstruir sus actividades en sus últimos días.

Gustavo Castillo Gaete, de 36 años, quien se consideraba una divinidad, apareció colgado de una viga en una casa abandonada cerca de la plaza principal de Cusco, donde llegó fugitivo de su país tras perpetrar el crimen en la ciudad chilena de Quilpué, al oeste de Santiago, en noviembre pasado.

«No tenía escapatoria, su captura era cuestión de horas, es probable que por eso tomó la decisión de suicidarse», dijo a la AFP el comandante de la policía Juvenal Cerezeda, jefe de la policía de turismo de la llamada Ciudad Imperial.

Según la policía chilena, Castillo lideraba una secta y era el padre del bebé, que fue quemado vivo el 23 de noviembre en una finca agrícola chilena, como un sacrificio antes del fin del mundo, previsto según una profecía maya para el 21 de diciembre de 2012.

El caso, que impactó la opinión pública y fue ampliamente reflejado en la prensa limeña, mantenía abiertos interrogantes sobre los motivos que llevaron a Castillo a Cusco.

En ese sentido, Cerezeda subrayó que se investiga qué actividades realizó el hombre en territorio peruano desde que ingresó el 19 de febrero.

«Pudo haber hecho amistad con algunas personas, pero no creo que haya tenido vinculación con cusqueños para los fines de su secta. En Cusco no hay sectas religiosas, no hay agrupaciones de ese tipo», añadió el jefe policial.

La policía peruana indicó que Castillo Gaete, que en su país se hacía llamar «Antares de la luz» y cuya secta indicaba consumir la planta alucinógena ayahuasca, pasó como un visitante más entre los miles que llegan a Cusco, la mayor atracción turística de Perú.

En los últimos días, el extraño personaje había sido visto vendiendo artesanías en la plaza de Cusco y tocando la guitarra en restaurantes, para reunir dinero.

Desde que se tuvo conocimiento de su arribo a esa ciudad, la policía inició las acciones de búsqueda, con bloqueo de todas las salidas, vigilancia en terminales terrestres, ferroviarios y en el aeropuerto, informó Cerezeda.

Según la policía, Castillo Gaete vivió un mes en Ollantaytambo, 60 km al norte de Cusco, y también visitó el complejo arqueológico de Machu Picchu.

De acuerdo a las autoridades chilenas, Castillo tenía completamente dominados a los doce miembros de la secta, mayoritariamente profesionales, y «mantenía relaciones sexuales con las cinco mujeres» que la integraban.

Cuando supo que una de ellas quedó embarazada, la mantuvo encerrada durante toda la gestación, y luego le pidió que entregara a su hijo para el ritual supuestamente destinado a «salvar el mundo».

En Cusco, el fiscal adjunto de turismo, Wesley Astete Reyes, dijo que la embajada de Chile en Lima ya se comunicó con la Fiscalía de la Nación para el traslado en las próximas horas a Santiago del cadáver de Castillo, que fue sometido en la tarde del miércoles a una necropsia.

La Fiscalía de Chile, en tanto, anunció que la muerte de Castillo «extingue su responsabilidad por el homicidio del menor». En cambio, otros siete involucrados en el asesinato del bebé seguirán siendo investigados «para determinar el grado de responsabilidad», informó el fiscal adscrito al caso, Patricio Rosas.

La madre del bebé, Natalia Guerra, de 25 años, fue detenida el jueves pasado y está acusada de parricidio y arriesga una condena de entre 15 años y prisión perpetua. La mujer acusó a Castillo ante la justicia chilena de ser el autor material e intelectual del asesinato del bebé.

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