Explosión de meteorito sobre una ciudad rusa deja casi mil heridos
Los fragmentos incandescentes continuaron su camino hasta alcanzar la Tierra, dejando tras de ellos un rastro de humo. Entonces se escucharon fuertes explosiones.
La caída de un meteorito sobre la ciudad rusa de Cheliabinsk, acompañado de destellos incandescentes en el cielo y violentas explosiones que derribaron paredes y ventanas, hirió a casi mil personas, un hecho rarísimo que sembró pánico en esta región de los montes Urales.
Este fenómeno, que dejó un número de heridos sin precedentes en un hecho de este tipo y se produjo en un momento en que todos los servicios de astronomía del mundo esperaban al asteroide 2012 DA14, pasó ayer sin causar daños cerca de la Tierra. Expertos aseguran que ambos acontecimientos no estan relacionados.
“El número de heridos es de unos 950”, declaró el gobernador de Cheliabinsk, Mijail Yurevich. Según la administración de esta ciudad de un millón de habitantes, el número de heridos solo en este enclave industrial ascendería a 725, entre ellos 159 niños.
Según el Gobernador, dos tercios de los heridos son de levedad, debido a trozos de cristales. Sólo dos personas se encuentran en estado grave.
“Me estoy quebrando la cabeza pensando en algún momento en la historia en que tanta gente haya resultado herida por un objeto de este tipo… Es muy, muy raro tener víctimas humanas, comentó Robert Massey, secretario ejecutivo adjunto de la Royal Astronomical Society (RAS).
La bola incandescente acompañada de una fuerte luz blanca, que se desplazaba a gran velocidad, apareció a las 09.20 hora local (23.20 hora boliviana del jueves) en el cielo de Cheliabinsk, informaron las autoridades.
Según información del Gobierno, el meteorito, que pesaba, según expertos rusos, entre diez y varias decenas de toneladas, se incendió parcialmente al entrar en las capas bajas de la atmósfera antes de desintegrarse.
Proceso. Los fragmentos incandescentes continuaron su camino hasta alcanzar la Tierra, dejando tras de ellos un rastro de humo. Entonces se escucharon fuertes explosiones.
“Es un bólido (meteorito que atravesó la atmósfera) que explotó sobre Cheliabinsk y la onda expansiva reventó las ventanas de los inmuebles y destruyó parte de los muros de una fábrica”, indicó la delegación local del ministerio de Emergencias.
Vídeos en internet muestran imágenes apocalípticas donde aparecen las calles de Cheliabinsk iluminadas de repente por una cegadora luz blanca, bolas de fuego atravesando el cielo con un rastro de humo y ventanas y puertas reventadas por la onda expansiva de violentas explosiones.
“Al principio, creí que era un avión que se estrellaba, pero no había ningún ruido de motor. Después, se produjo una violenta explosión. En muchos edificios de nuestra calle las ventanas reventaron”, contó Denis Laskov, un habitante de Cheliabinsk.ç
La roca de ‘tunguska’ de 1908
Historia
En junio de 1908, una roca, probablemente un meteorito, un asteroide o el núcleo de un cometa, golpeó Siberia con una fuerza 300 veces superior a la bomba nuclear de Hiroshima devastando una región boscosa de 2.150 km. En toda Europa se registraron ondas sísmicas, así como diversos trastornos en el campo magnético terrestre. En aquel tiempo no se prestó demasiada atención al incidente, ya que no ocasionó victimas humanas.
La roca de 10 toneladas se desintegró a 30 km de altura
AFP
La Academia rusa de Ciencias estimó que el meteorito que cayó sobre la ciudad de Cheliabinsk se habría desintegrado a una altura de entre 30 y 50 km, tenía varios metros de diámetro y pesaba unas diez toneladas.
Por su parte, una fuente militar indicó que el meteorito se había desintegrado tan solo a 5.000 metros de altura. Otro portavoz militar de la región de los Urales indicó que una patrulla de reconocimiento encontró el lugar del impacto de uno de los fragmentos, al borde del lago de Cherbarkul. “Hay un cráter de seis metros”, precisó el coronel Yaroslav Poshiupkin, según Ria Novosti.
Las cadenas de televisión enseñaron el edificio de una fábrica de la ciudad parcialmente destruido, con uno de sus muros y el techo hundidos, y jóvenes de la universidad de Cheliabinsk ensangrentados, aparentemente con heridas causadas por los trozos de cristal.
El gobernador de esta región, Mijail Yurevich, estimó el costo de los destrozos en unos $us 33,4 millones. La universidad y los colegios de la región cerraron. El ministerio de Emergencias anunció la movilización de 20 mil hombres.
La agencia rusa de la energía atómica subrayó que sus instalaciones en la zona no se vieron afectadas por el fenómeno, que también se observó desde varias regiones vecinas y desde Kazajistán.
El meteorito no era parte de asteroide en tránsito
EFE
El meteorito que cayó ayer en los montes Urales, en Rusia, y que dejó unos mil heridos no tiene nada que ver con el asteroide denominado 2012 DA14 que pasó ayer a apenas 27.860 kilómetros de la Tierra, aseguró la Agencia Espacial Europea (ESA).
El ingeniero de instalaciones de satélites de investigación de la ESA Rainer Krefken dijo que “se puede descartar que el meteorito y el asteroide tengan que ver”, ya que su trayectoria es distinta.
“Si el meteorito hubiera tenido que ver con el asteroide, hubiera presentado otra dirección de vuelo, hubiera volado de Sur a Norte y no de Este a Oeste, como ha sido el caso”, dijo Krefken.
De acuerdo con el experto, la caída del meteorito no se podía prever con la técnica disponible en la actualidad. “No se había previsto la posibilidad de que el meteorito pudiera caer”, declaró.
Fenómenos. La caída de meteoritos es un fenómeno que ocurre una vez al año, pero normalmente pasa desapercibido porque suele ocurrir en el desierto u otras zonas no pobladas. El suceso registrado ayer en la región rusa de Cheliábinsk, en los montes Urales, es el accidente de mayores consecuencias originado por un cuerpo celeste en la Tierra en los últimos años, subraya la ESA.
El fenómeno de ayer se produjo el mismo día en el que estaba previsto que el asteroide 2012 DA14, de entre 45 y 95 metros de diámetro, pase a unos 27.860 kilómetros de la Tierra, la mayor aproximación registrada de un objeto cósmico a nuestro planeta, aunque lo suficientemente lejos para que no tenga consecuencias según los expertos de la agencia espacial de Estados Unidos (NASA).