El Gobierno de Colombia y las FARC continuaron hoy sus negociaciones en Cuba con una reunión precedida de denuncias de la guerrilla sobre presiones policiales contra familiares de algunos de sus miembros.  Por tercer día consecutivo desde que arrancaron las conversaciones en La Habana, los negociadores del gobierno del presidente Juan Manuel Santos mantuvieron silencio ante la prensa sobre el desarrollo de un proceso en el que la guerrilla dice estar “trabajando duro” para intentar la paz.

“Quiero decirles que estamos trabajando duro por la paz. Estamos haciendo uso de un arma poderosa que es la verdad. La verdad pura y limpia (…) es la mejor manera de persuadir”, dijo ayer Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, número dos de las FARC y jefe de los delegados de la guerrilla en el proceso de diálogo. También expresó su “fe inmensa y profunda en la capacidad de movilización del pueblo de Colombia” para lograr la paz que “todos” anhelan para ese país.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) aprovecharon para hacer público un comunicado donde denuncian el “chantaje” y “presiones” de la Policía a familiares de una guerrillera del Bloque Occidental Alfonso Cano para que desvelen el paradero de Francisco González, jefe de la guerrilla en esa zona.

Según la dirección de las FARC, policías “disfrazados de civiles” y usando métodos propios de la “guerra sucia y los escuadrones de la muerte” amenazan a esas personas con arrebatarles la custodia de sus hijos menores de edad en caso de que no faciliten información sobre González.

Privilegio. En ese comunicado la guerrilla critica, además, el proyecto de enmienda constitucional que busca reformar el fuero penal militar de Colombia. “Sabemos que el uso repetido de este tipo de artimañas a lo largo y ancho del país forma parte de la doctrina y la formación antipatriótica de los organismos de seguridad del Estado, que se pretenden ahora convertir en norma constitucional mediante la ampliación del fuero militar”, reza el texto difundido ayer.

Las FARC piden también al pueblo colombiano, a los grupos de defensa de los derechos humanos y a organismos internacionales que “incrementen el cuidado y protección a los centenares de dirigentes revolucionarios y de líderes de organizaciones sociales amenazados por el Estado”.

Esa declaración fue leída a la entrada del Palacio de Convenciones de La Habana por la guerrillera Viviana Hernández, flanqueada por 12 mujeres miembros de las FARC entre ellas la holandesa Tanja Nijmeijer y Sandra Ramírez, la última compañera del líder Manuel Marulanda Vélez Tirofijo.

Entretanto, la tensión prosigue en el conflictivo departamento colombiano del Cauca a causa de los enfrentamientos en los últimos días entre el Ejército y las FARC, pese al proceso de paz. El desplazamiento de 320 personas fue una de las primeras consecuencias de esta situación, según dijo a EFE Jesús Arbey Martínez, secretario de Gobierno de la localidad de Caloto, donde se registraron fuertes combates.