En su noveno día en el cargo, el presidente de Paraguay, Federico Franco, negó ayer la “ruptura del orden democrático” en su país y anunció que continuará con varios proyectos promovidos por el destituido presidente Fernando Lugo.

Franco, vicepresidente con Lugo desde 2008, hizo esas declaraciones durante la presentación del informe “anual” de gestión del Gobierno en una sesión conjunta del Senado y de la Cámara de Diputados, marcada por un amplio despliegue de seguridad.

El informe se realiza cada 1 de julio, en coincidencia con la renovación de las mesas directivas del Legislativo, que el 22 de junio separó del cargo al exobispo Lugo tras declararlo en un juicio político culpable de haber incurrido en “mal desempeño” en sus funciones.

La reforma agraria, la seguridad, mejor calidad de la salud y la educación, combate a la pobreza, “tolerancia cero” a la corrupción y cárcel para los ladrones, narcotraficantes y secuestradores, son algunas de las promesas de Franco para lo que resta de su mandato, que concluye el 15 de agosto de 2013.

“Todos los programas sociales de educación y de salud exitosos serán mantenidos y se agregarán otros para dignificar la vida de los más carenciados”, mencionó.

La nueva Administración se inaugura con la suspensión de Paraguay de participar en instancias regionales como la del Mercosur y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Franco ratificó ayer que esas medidas son “ilegales e ilegítimas” y dijo que su gobierno promoverá “las acciones que correspondan al amparo del derecho internacional”.