El coronel libio Muamar Gadafi confirmó ayer al presidente sudafricano, Jacob Zuma, que no está dispuesto a dejar Libia, pero que acepta una alto el fuego y establecer negociaciones para poner fin al conflicto que vive el país.

En un comunicado difundido ayer, la Presidencia sudafricana recalca que, en la reunión mantenida en Trípoli entre Zuma y Gadafi, éste último «reiteró su acuerdo con un alto el fuego y un diálogo entre el pueblo libio para encontrar una solución política».

La postura de Gadafi, que ya hace más de un mes había aceptado negociar pero no abandonar el poder, choca con la de la OTAN y los rebeldes del Consejo Nacional Transitorio, con sede en Bengasi, que exigen su marcha para abrir cualquier tipo de diálogo.

«(Gadafi) manifestó su enfado con los bombardeos de la OTAN (sobre Libia), que han costado la vida a su hijo y nietos y que siguen causando destrucción de propiedades y acabando con vidas», agrega la Presidencia de Sudáfrica.

Paralelamente, el ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Franco Frattini, quien viajó a Bengasi, el feudo de la oposición libia, para inaugurar un consulado dijo que el «régimen de Gadafi está acabado».

«El régimen de Gadafi está terminado. Debe dejar el poder y debe abandonar el país», declaró Frattini en una rueda de prensa con el responsable de las Relaciones Exteriores del opositor Consejo Nacional de Transición (CNT), Alí al Esaui.