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Gobierno francés llama a movilización contra crisis pero rehúsa austeridad

El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, instó este martes a sus compatriotas a que se movilicen para enderezar el país, debilitado por una deuda «aplastante», aunque rehusó la austeridad presupuestaria con la caída del crecimiento de la economía.

Ayrault reveló durante un discurso de más de hora y media los grandes ejes del quinquenio, antes de someter a los diputados un voto de confianza al gobierno, una formalidad, dado que el Partido Socialista y sus aliados tienen la mayoría absoluta en la Cámara Baja del Parlamento.

El primer ministro hizo un llamamiento a la «movilización» de todos los franceses para que el país, «debilitado económicamente, degradado socialmente, dividido políticamente, dañado moralmente» recupere la confianza en su porvenir.

En un contexto de crecimiento revisado en baja (0,3% para 2012 y 1,2% para 2013, en vez de 0,7% y 1,7% respectivamente), la lucha contra la deuda, que alcanza «cerca de 1,8 billón de euros», es prioridad principal, al mismo nivel que el empleo.

«Una Francia endeudada es una Francia dependiente; dependiente respecto a las agencias de calificación, dependiente respecto a los mercados financieros», argumentó Ayrault, en vísperas de un reajuste presupuestario para 2012 que integra un esfuerzo adicional de entre 7.000 y 10.000 millones de euros.

Sin entrar en el «debate sobre la herencia» dejada a su gobierno, el primer ministro señaló empero que la deuda francesa aumentó en 600.000 millones de euros durante los cinco años anteriores (cuando la derecha estaba en el poder y el presidente era Nicolas Sarkozy) y que su peso «pasó a ser aplastante».

No obstante, descartó reiteradamente toda idea de austeridad presupuestaria, optando por la expresión «enderezamiento con justicia».

«Yo reivindico la seriedad y la responsabilidad presupuestarias (…) pero rehúso la austeridad», dijo el primer ministro francés.

«No habrá giro» en la política del gobierno, aseveró, aunque admitió que el control de los gastos no bastará para alcanzar el objetivo de retorno al equilibrio de las cuentas en 2017.

El jefe del gobierno francés evocó el «patriotismo» para fustigar la evasión fiscal y exhortar a la reactivación de la industria francesa.

«El enderezamiento llevará tiempo, pero superaremos la crisis y recuperaremos el progreso», dijo.

Sin revelar nuevas medidas, ya que las evocadas fueron anunciadas por Hollande durante la campaña electoral, el primer ministro describió el método y precisó el calendario de las reformas.

Ayrault explicó que quiere «instalar el cambio en la duración». «Tomarse el tiempo de escuchar, evaluar, decidir, hacer compartir, es la condición del cambio», dijo, abogando por la concertación y rehusando las decisiones «impuestas desde arriba y precipitadamente».

Francia está afectada por la escasa actividad en la zona euro, en plena crisis de la deuda, un contexto que pesa sobre la demanda interna y las exportaciones, pero también por la caída del poder adquisitivo, motor tradicional del crecimiento, y por un aumento del desempleo que roza el 10%.

Junto a los temas económicos, que ocuparon la mayor parte de su discurso, Ayrault habló, en el plano social, de la reforma de la educación primaria, los derechos de los homosexuales y el derecho a voto de los extranjeros residentes en Francia.