El primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, afirmó ayer que el Gobierno no puede ceder ante los manifestantes que bloquean un barrio de Bangkok, a pesar de los violentos enfrentamientos que dejaron al menos 24 muertos y casi 200 heridos desde el jueves. Ocho personas murieron y 50 resultaron heridas el sábado en Bangkok en los enfrentamientos entre manifestantes antigubernamentales y militares, indicaron fuentes de los servicios de urgencia de la capital tailandesa.

  Intensos tiroteos y explosiones se escucharon en Bangkok durante todo el día en nuevas escenas de guerrilla urbana, y se corría el riesgo de que se prolongaran durante la noche. En total, según los servicios de socorro, 24 personas han muerto y cerca de 200 resultaron heridas desde el jueves en la noche, cuando comenzó de nuevo la violencia.

  «No podemos ceder y permitir que quienes violan la ley y proveen de armas a los militantes enfrenten al Gobierno», declaró Abhisit en un discurso difundido por televisión. Afirmó que en consecuencia el Ejército continuará con la operación comenzada el jueves con el objetivo de «asfixiar» y aislar a los miles de manifestantes que ocupan un barrio de la zona comercial de la capital. 

   Las autoridades cortaron así el suministro de electricidad y agua a la zona, así como el abastecimiento de víveres.

Esas medidas «son las más adecuadas y serán mantenidas para poder restaurar la paz en el país», señaló el Primer Ministro.

Tras expresar su tristeza por las muertes, Abhisit consideró que «la mejor manera» de evitar nuevas víctimas es «poner fin a la manifestación».