Tras un juicio político sumarísimo,   Fernando Lugo acató la decisión del Congreso, pero calificó esa medida de herida profunda a la democracia paraguaya, en un discurso tras su destitución. “Me someto a la decisión del Congreso”, dijo Lugo, pero “es la historia paraguaya, su democracia, las que han sido heridas profundamente”.

“Hoy me retiro como presidente, pero no como ciudadano paraguayo”, sentenció el gobernante destituido. “Que la sangre de los justos no se derrame”, pidió Lugo, que tras la breve alocución abandonó el Palacio Presidencial en un convoy de automóviles. El ahora presidente Federico Franco, 49 años y miembro del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA, conservador), asumió el cargo en una ceremonia que tuvo lugar hora y media más tarde de la destitución, con aplauso y algarabía de sus seguidores.

“Es el compromiso más grande y solamente será posible con la ayuda y la colaboración de cada uno de ustedes”, dijo Franco, médico cardiólogo, después de jurar al cargo. “Vengo a expresar mi voluntad irrestricta de respetar las instituciones democráticas”, “vengo sin rencores”, manifestó.

Agregó que dialogó con “algunos” cancilleres sudamericanos que viajaron a Asunción a tratar de evitar el juicio político a Lugo y que les transmitió que el Gobierno cumplirá todas las “obligaciones internacionales”. Lugo fue destituido por el Congreso tras un juicio político del que fue notificado el jueves y que se llevó a cabo ayer en el Senado en apenas cinco horas, provocando expresiones de inquietud y condena en América.

En la plaza aledaña al edificio Legislativo, los manifestantes recibieron la noticia de la destitución con gritos de “Lugo presidente” y luego abuchearon a los legisladores que lo destituyeron. La Policía antidisturbios cargó contra partidarios de Lugo en la Plaza de Armas frente al Congreso y los dispersó.

Reacción en Sudamérica

Bolivia

Evo Morales condenó el golpe de “terratenientes” locales coludidos con el “Imperio” a distancia.

Argentina

Cristina Fernández declaró que “no convalida el golpe de Estado” y que el juicio fue “una farsa”.

Otros

Ecuador, Venezuela y Unasur no reconocen a Federico Franco.

La región condena el apresurado juicio político

La destitución de Fernando Lugo, quien fuera presidente de Paraguay desde 2008, despertó fuertes críticas por parte de líderes de países latinoamericanos, que repudian el apresurado juicio político que enfrentó el Mandatario ante el Senado por un supuesto “mal desempeño de sus funciones”.

La primera en pronunciarse en contra de lo que no dudó en llamar golpe, fue la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien estimó que “reedita situaciones que creíamos absolutamente superadas en América del Sur y en la región en general”.

El mandatario de Bolivia, Evo Morales, explicó que el destituido Lugo “estaba acabando con las logias y grupos de poder, y eso siempre tiene un costo”. Asimismo, Costa Rica deploró la destitución de Lugo, “que muestra visos de golpe de Estado”, señaló un comunicado del canciller Enrique Castillo.

El  gobernante ecuatoriano, Rafael Correa, reaccionó con una negativa: “Tengo entendido que ha aceptado su destitución, esto va más allá de Fernando Lugo, va más allá de Paraguay, se trata de la verdadera democracia para toda nuestra América; en consecuencia, la decisión del Gobierno ecuatoriano es no reconocer al nuevo Gobierno paraguayo”, dijo.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, advirtió por su parte que “no reconoce a este írrito, ilegal e ilegítimo Gobierno que se instaló en Asunción”.