Han Kang, la coreana que conquistó el Nobel de Literatura
La obra de la autora gira en torno a temas existenciales que definen la experiencia humana, tales como el dolor, la muerte y la búsqueda del ser.
El 13 de octubre de 2024, la noticia resonó con fuerza en el mundo de la literatura: Han Kang, la escritora surcoreana autora de obras tan singulares como La Vegetariana y Actos Humanos, se convertía en la primera persona de su país en recibir el Premio Nobel de Literatura.
En su tranquila casa de Seúl, la talentosa escritora compartía con su hijo la reacción inicial ante este reconocimiento que la coloca entre los gigantes de la literatura contemporánea. “Estoy muy sorprendida y honrada”, dijo en una entrevista telefónica con la Academia Sueca, reflejando la modestia y serenidad que traslucen en su obra.
Una sorpresa en la vida cotidiana
En medio de una noche apacible, justo después de una cena, Han recibió la inesperada llamada que cambiaría su vida. “Me sorprendió mucho. Acababa de terminar de cenar y era una noche muy tranquila. Mi hijo también se sorprendió”, relató, demostrando que su vida cotidiana está lejos del bullicio que a menudo rodea a figuras literarias de su calibre.
Este momento de quietud también reflejó su enfoque hacia el éxito y los honores. A pesar del prestigio del galardón, Han optó por una celebración sencilla. En lugar de grandes fiestas, prefirió la calma: “Después de esta llamada, me gustaría tomar té… no bebo. Voy a tomar té con mi hijo y lo celebraré tranquilamente esta noche”, relató.
Esta humildad contrasta con el enorme impacto que su obra ha tenido en el panorama literario mundial. A lo largo de su carrera, Han Kang ha explorado temas hondamente arraigados en la condición humana, como el dolor, el trauma y la fragilidad de la vida. Su enfoque, sin embargo, está lejos de las respuestas fáciles, optando por narrativas que invitan a la reflexión y que desafían las convenciones sociales y culturales.
El dolor y la búsqueda del ser
Nacida en 1970 en Gwangju, una ciudad que también ha sido el escenario de uno de los episodios más traumáticos de la historia moderna de Corea del Sur, Han Kang fue testigo desde muy joven de la relación entre la vida, la muerte y el sufrimiento. La masacre que se produjo en esa localidad, en 1980, en la que cientos de civiles fueron asesinados por el ejército, marcó su infancia y ha dejado una huella imborrable en su obra. Este episodio se convirtió en el corazón de Actos Humanos, una novela desgarradora que aborda el dolor colectivo y el trauma heredado de una nación.
Han Kang no solo creció en un entorno afectado por los eventos históricos, sino también en un hogar literario. Su padre, un novelista reputado, fue una influencia temprana en su vida. En 1993, Han publicó sus primeros poemas, y dos años después debutó en la prosa con El Amor de Yeosu. Desde entonces, su carrera ha estado marcada por un enfoque profundamente introspectivo y un interés por la condición humana en sus formas más extremas.
Valoración
Según Anders Olsson, presidente del Comité Nobel, “La obra de Han Kang se caracteriza por la exposición del dolor, una correspondencia entre el tormento mental y físico con estrechas conexiones con el pensamiento oriental”.
Su estilo poético y experimental, a menudo acompañado de imágenes cargadas de simbolismo, ha sido aclamado tanto en su país natal como internacionalmente. Su obra más conocida, La Vegetariana, que ganó el Man Booker International Prize en 2016, ha sido descrita como una poderosa reflexión sobre la alienación y la resistencia. La novela, que narra la historia de Yeong-hye, una mujer que decide dejar de comer carne en un acto de resistencia pasiva, ha sido leída como una metáfora de la lucha de la mujer contra las estructuras patriarcales que intentan dominarla.
La universalidad del dolor
A través de sus obras, Han Kang ha demostrado una habilidad única para transformar el dolor individual en una experiencia universal. En El Libro Blanco, publicado en 2017, la escritora explora la pérdida de una hermana que falleció al nacer. El libro es una meditación sobre la vida, la muerte y el vacío que dejan aquellos que nunca llegaron a existir plenamente. Con un estilo que ha sido descrito como una especie de «libro de oraciones secular», El Libro Blanco se adentra en el terreno de lo sagrado, sin necesidad de recurrir a explicaciones religiosas.
Otra de sus novelas, No Nos Separamos, publicada en 2021, retoma estos temas de dolor y duelo, situándolos en el contexto de la masacre de la isla de Jeju, donde decenas de miles de personas fueron ejecutadas en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. La obra, según Olsson, “retrata el proceso de duelo compartido… y rastrea los inquebrantables intentos de los amigos por sacar a la luz lo que ha caído en el olvido colectivo”.
La narrativa de Han Kang no busca salidas superficiales ni ofrece consuelo inmediato. En cambio, plantea preguntas fundamentales sobre la existencia, el cuerpo y la relación entre los vivos y los muertos. A menudo, sus personajes parecen atrapados en un limbo entre el aquí y el más allá, buscando desesperadamente una respuesta, pero encontrando solo más preguntas.
Reflexiones sobre el Nobel y el futuro
A pesar del éxito que ha cosechado, Han Kang permanece enfocada en su trabajo como escritora, sin dejar que el Premio Nobel altere su forma de abordar la literatura. En una entrevista reciente con la emisora sueca SVT, mencionó que necesita tiempo para reflexionar sobre lo que significa realmente este galardón. “Cuando me entrevistó el comité del Premio Nobel, pensé que era un engaño, pero al final, comprendí que era real”, confesó entre risas.
Sin embargo, aunque el premio ha puesto su nombre en boca de todos, Han no tiene intención de cambiar su estilo de vida ni de apresurar su proceso creativo. “Me tomo mi tiempo y sigo escribiendo, y no creo que nada cambie”, afirmó. Esta constancia, esta dedicación a su arte, es parte de lo que ha hecho de Han Kang una escritora tan excepcional.
El futuro para Han Kang no está marcado por la presión de satisfacer expectativas externas, sino por su compromiso personal con la escritura y con las historias que aún quiere contar. “No es que pueda escribir una novela en un año o algo así… Me llevó siete años terminar No Me Despido”, explicó.
Han Kang se prepara para asistir a la ceremonia del Nobel en diciembre, donde deberá presentar un ensayo. Según ha afirmado, su prioridad ahora es continuar escribiendo y seguir explorando los temas que han definido su carrera hasta el momento.
Con esta entrega, el Premio Nobel ha reconocido no solo su talento, sino también su valentía al enfrentar los aspectos más oscuros y difíciles de la vida humana. La autora muestra que, incluso en medio del dolor, siempre hay espacio para la reflexión y el arte.