Hollande se reunió desde primera hora de ayer con los responsables del Partido Socialista francés en la sede de la formación en París, después de una intensa noche de celebraciones populares en la capital tras conocerse su victoria electoral.

Miles de personas habían celebrado hasta la madrugada una jornada histórica. Tanto los protagonistas como  los observadores recordaron la de 31 años atrás: el triunfo del único presidente socialista francés en la V República, François Mitterrand.

Giro. Los resultados oficiales confirmaron ayer que Hollande, con el 51,62% de los votos, se hizo con la jefatura del Estado en la segunda vuelta del 6 de mayo al vencer al presidente saliente Sarkozy, quien consiguió el 48,28%.

Ambos tendrán oportunidad de encontrarse el martes en una ceremonia oficial de conmemoración del armisticio de la II Guerra Mundial, primer acto oficial entre el presidente saliente y el electo, una imagen que Sarkozy prefirió evitar cuando hace cinco años tuvo oportunidad de protagonizarla junto a Jacques Chirac. El mandatario Sarkozy anunció a su Partido que abandona la vida política.

Pierre Moscovici, jefe de campaña socialista, aseguró que el traspaso de poderes entre Sarkozy y Hollande es “republicano y tranquilo”, y enumeró los contactos internacionales que ya tuvo  el gobernante electo. Fue Moscovici quien informó que la fecha de encuentro con Merkel es el 16 de mayo.

Por delante le quedan sin embargo a Hollande intensos días antes del encuentro con Merkel, pues debe cumplir con los plazos oficiales, entre los que el principal es el de la formación de su nuevo gobierno.

Posteriormente tiene una apretada agenda internacional y a pesar de la fecha concreta para esa cita urgente en la capital alemana, Hollande tiene que encajarla con su desplazamiento a Estados Unidos para la cumbre del G-8 en Camp David el 18 y el 19, y que encadenará con la de la OTAN en Chicago el 20 y 21.

Durante ese desplazamiento se espera un encuentro cara a cara en la Casa Blanca con Barack Obama, después de que el Presidente estadounidense se lo propusiera el mismo domingo en un contacto telefónico. Durante todo el día de ayer el interés se centró en Francia, además, en explorar las estrategias de los partidos para la próxima cita electoral, las legislativas de junio, que serán la clave del respaldo del mandatario electo.

Los mercados dijeron ‘oui’

Bolsas

Después de empezar en negativo, las principales bolsas europeas terminaron ayer en alza.

Agencias

Ni la calificadora de riesgo Standard & Poor’s ni Fitch bajaron la nota a Francia.

Merkel reclama por ajustes

Desde el domingo, “Merkozy”, como se llamaba a la alianza entre Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, ya es historia. La Canciller democristiana alemana  reaccionó con velocidad al cambio de los tiempos. Según medios alemanes, Merkel había pedido expresamente a sus aliados conservadores, el español Mariano Rajoy, el italiano Mario Monti y el inglés David Cameron, que boicotearan la campaña del socialista evitando reunirse con él. Pero ayer se supo que lo invitó a Berlín en una conversación telefónica el mismo domingo 6. La Canciller quiere salvaguardar la política de austeridad y ajustes del pacto fiscal diseñado por ella y Sarkozy, firmado en marzo, y aprobado por los países del euro.

Nuevo mayo del 68 bajo un cielo rosa – Alfredo Grieco

Para las miles de personas que hasta la madrugada de ayer celebraron en París en la Plaza de la Bastilla, la primera victoria del socialismo desde 1981 evocaba, en mayo de 2012, la euforia de mayo de 1968, cuando estudiantes primero y obreros después desafiaron al gobierno del general Charles de Gaulle, el fundador del partido del derrotado Nicolas Sarkozy. La multitud que ayer agitaba más banderas tricolores que rojas o rosas (los colores de la izquierda y del socialismo), era  a la vez cauta y esperanzada. The Guardian, el diario centroizquierdista británico, lo resumió con estas palabras: “Ha llegado el tiempo para que brille Mr. Normal”, refiriéndose al presidente electo François Hollande.

Contra la Europa de la austeridad sin crecimiento, de los sacrificios sin equidad, los votantes eligieron al candidato que colocó en el primer lugar a la justicia social, a la preservación del modelo de derechos y servicios que fue la columna vertebral misma de la “excepción francesa”, y a la defensa del Estado en un mundo seducido y abandonado por el neoliberalismo. Si los jóvenes que no habían vivido el mayo del 68 tampoco sueñan ya con el socialismo en un solo país, al menos defendieron con sus sufragios que haya un poco más de socialdemocracia para toda Europa. Si, como es de prever, Hollande  vence en las legislativas de junio, la derrota de Sarkozy, que ayer hizo honorable un triunfo neto pero no aplastante del socialismo, se agravaría. Pero, como el azul Sarkozy, el rosa Hollande deberá enfrentar el mal francés: el miedo al cambio.

Alfredo Grieco es periodista.