Las protestas espontáneas que proliferaron esta semana tras el anuncio del Gobierno de un ajuste de 65 mil millones de euros en dos años llegaron ayer a su clímax. Las manifestaciones reunieron a centenares de miles de personas en unas 80 ciudades de España apenas unas horas después de que el Congreso de los Diputados aprobara el tijeretazo solo con los votos del oficialista Partido Popular (PP).

Con el lema: “Quieren arruinar el país, hay que impedirlo, somos más”, los secretarios generales de las centrales sindicales CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, encabezaron la marcha en Madrid contra la subida del IVA, el recorte de las prestaciones de desempleo o la supresión de la paga extra de Navidad a los funcionarios. “Hoy no es una manifestación más ni un acto final de nada. Habrá más en agosto”, anunció Fernández, antes de la convocatoria madrileña.

La magnitud del mayor recorte de la democracia ha unido a más de 1.000 sindicatos, organizaciones y movimientos sociales que hasta la semana pasada era impensable que salieran juntos a la calle. Estos grupos se sumaron a una convocatoria promovida para frenar lo que se ha calificado en el manifiesto leído en Madrid de “agresión a los fundamentos de la propia democracia”.