Cerca de 600 «indignados» han tomado la tarde de ayer buena parte del centro de Madrid y han cortado durante horas calles tan emblemáticas como la Gran Vía en protesta por el desalojo que han sufrido en la mañana en el Congreso, en el que se ha tenido que atender a 11 personas, todas con contusiones leves.

Ante estos incidentes, los miembros del 15-M han iniciado una nueva marcha desde el Paseo del Prado, a la altura del Neptuno. Después, han improvisado la protesta hacia Cibeles, han tomado la Gran Vía y se han dirigido a la Puerta del Sol.

Durante este itinerario, en el que no se han registrado actos violentos, se han oído cánticos contra los agentes del orden. Como la Policía impedía el acceso a las inmediaciones del Congreso a quienes los agentes consideraban «indignados», en función de su aspecto físico, cinco de ellos, tres chicas y dos chicos, se han vestido de manera elegante.

Así, han logrado sortear el cordón policial, tras lo que han dicho a los agentes que iban al hotel Palace, situado frente al Parlamento. Una de las jóvenes ha entrado en el edificio y ha entregado la carta, de 17 páginas, en el registro del Congreso, donde se la han sellado.