Noventa y nueve cadáveres fueron rescatados ayer en el sur de Rusia, en el litoral del Mar Negro, tras unas inundaciones sin precedentes causadas por fuertes lluvias que han caído en la región rusa de Krasnodar.

El litoral de la comarca de Kubán que acoge todos los años a cientos de miles de turistas rusos se convirtió en una trampa mortal para algunos habitantes de los distritos Krimsk y Gelendzhik, donde miles de personas lo han perdido todo en las últimas 24 horas.

Los servicios de rescate han localizado los cadáveres de 88 personas, entre ellos un niño de diez años, en el distrito Krimsk, informó a la agencia EFE un portavoz del centro de emergencias interministerial organizado por las autoridades rusas.

Entre los fallecidos en la ciudad de Krimsk —zona cero de la catástrofe humana que vive el sur del país— predominan las personas mayores, según las listas preliminares de víctimas que manejan las autoridades.

“Casi todos los fallecidos son mujeres”, lamentó en declaraciones a la agencia Interfax un funcionario de Interior. Dos personas se ahogaron en la ciudad de Novorossiysk, el mayor puerto ruso del Mar Negro, al tiempo que otras nueve murieron en distintas localidades del distrito balneario de Gelendzhik.

En la urbe de Gelendzhik, una de las ciudades balnearios más populares de Rusia en el Mar Negro, cinco personas —tres hombres y una mujer— murieron electrocutados al precipitarse un cable sobre la calle por la que transitaban cuando llovía, mientras que otro hombre falleció ahogado. Las precipitaciones superaron los récords.