Cuatro mil habitantes de Amantaní, una isla situada en el lago Titicaca al sur de Perú y próxima a la frontera con Bolivia y 2.000 residentes de la vecina isla de Taquile (algunos carecen de luz y de agua en sus casas), se encuentran conectados, desde hace unos días, al resto del mundo gracias al internet y varios ordenadores.

Cinco comunidades, entre ambas islas, fueron seleccionadas, junto con otras 125 repartidas por todo el país, para ser receptoras de un panel solar, un aerogenerador, varios ordenadores, una impresora y conexión a internet.

Todo gracias a un proyecto de energías renovables para el desarrollo de zonas rurales, que fue auspiciado por la Unión Europea y con el que colaboran varios ministerios peruanos.