La primera ministro de Australia, Julia Gillard, prometió más ayuda para los afectados por las peores inundaciones en décadas en el noreste del país que han anegado una superficie igual a la de Francia y Alemania juntas y ha causado unos 200.000 damnificados.

Los ríos Nogoa, Fitzroy, Burnett y Condamine se han desbordado dejando a 22 localidades inundadas o aisladas y han obligado a evacuar a los 4.000 habitantes de dos poblaciones enteras. Gillard anunció ayuda para familias que hayan sufrido daños en sus casas, después de que esta semana dijera que el Gobierno destinará un millón de dólares para los afectados por unas «inundaciones sin precedentes».

«Mi preocupación es la gente en unos momentos tan difíciles como éste», dijo Gillard en el centro para evacuados de Bundaberg donde el río Burnett ha empezado a bajar y ha dejado al descubierto las enormes tareas de limpieza que quedan por delante.
Personal de los Servicios de Emergencia y coordinadores de situaciones catastróficas ha sido enviado a la zona para relevar a compañeros que llevan una semana trabajando sin descanso, mientras helicópteros del Ejército australiano lanzaban paquetes con comida en poblaciones que quedaron aisladas por la crecida del agua. «Ante lo devastadoras que están siendo estas inundaciones, estamos viendo la magnífica respuesta en todos los niveles del Gobierno y el personal de emergencia», dijo Gillard.

«El sentimiento mayoritario es el de resistir y cuidar y preocuparse por los vecinos. Es este sentido de comunidad, este sentimiento australiano en el que en tiempos difíciles trabajamos todos juntos y cuidamos los unos a los otros», añadió la primera ministro.