El Gobierno irlandés se resiste a hablar de rescate, pero hoy reconoció que aceptará la creación de un fondo para solventar los problemas del sistema bancario, tras la visita a Dublín de la Comisión Europea (CE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE).

Esa fue la señal más clara emitida por Dublín respecto a la posibilidad de que acepte ayuda internacional para atajar la profunda crisis económica que atraviesa el país, a pesar de que continúa renuente a presentar una solicitud formal ante las autoridades comunitarias.

Dado que parece inevitable que la Unión Europea (UE) acudirá al rescate de Irlanda, el Gobierno irlandés se esforzó hoy por rebajar los recelos que ha despertado la presencia en la capital de enviados de los organismos internacionales. En respuesta a las acusaciones de la oposición, el primer ministro, Brian Cowen, insistió en que la soberanía irlandesa sobre política económica no «está cuestionada».

El primer ministro recordó que su país, en términos monetarios, comparte su soberanía con los socios comunitarios, con los que trabaja, dijo, para hallar solución a problemas amplios.