Jhonny Villarroel fue el tradicional ‘10’ de The Strongest durante la década de los 90. Talentoso, caudillo, líder y capitán de un plantel que pasó una época dura por lo económico e institucional. Se hizo un lugar en la historia stronguista y en el fútbol nacional.

A los 51 años, recuerda al equipo de su época, pero no tiene problema en sostener que el Tigre de los últimos años es de los mejores en la historia del cuadro de Achumani.

—¿Cómo encaró la pandemia?

—Como casi todos, encerrado por este problema actual. Pese a ello, no descuidamos nuestra tarea ligada al fútbol; seguimos en el club Enrique Happ trabajando para los niños y los jóvenes y pese a los problemas de la Asociación Cochabambina de Fútbol, que sigue con las dificultades de antes, esas mismas que se arrastran desde ese comité ejecutivo nefasto que surgió en la Federación Boliviana de Fútbol al mando de Carlos Chávez (+), Mauricio Méndez, Jorge Justiniano y Pedro Zambrano, que hicieron un manejo y formas nada conveniente para nuestro fútbol.

 —¿Actualmente parecen repetirse o agravarse los problemas?

—Ya no es nada de extrañar. Como digo, esos exdirigentes que te mencioné fueron quienes hicieron redes y comenzaron con un muy mal ejemplo, formaron corporaciones y agarraron conciencias, de ahí vienen las crías como algunos de los dirigentes actuales, como (Jaime) Torrico de La Paz y tantos otros que pasaron, tenían buena intención y se dieron la vuelta y ahondaron la crisis.

—¿Cuál es la salida a todo esto?

—Sacarlos de la dirigencia a todos quienes han estado en esa misma actitud, repitiendo tristemente una estructura de componendas y clientelismo para manejar el fútbol con votos-consigna en las asociaciones y con estatutos que prohíben y permiten una misma situación. El cambio debe comenzar pidiendo que se vayan todas estas personas. Se debe limpiar desde abajo.

—Si aquello no ocurre, ¿Quién debería actuar?

— Como parte viviente del fútbol de antes y como parte pasiva ahora, porque ya no soy jugador, pero sí dirigente, espero que la afición se pronuncie con más fuerza, que tenga opinión pública y pueda reclamar e influir para que estos malos dirigentes nacionales no sigan más. Yo he peleado muchos años, y no tuve suerte de lograr la limpieza que la gente del fútbol quiere.

—Ya en el plano netamente futbolístico, ¿qué sabe actualmente de The Strongest?

—Pienso que en estos últimos 10 años tuvo un repunte extraordinario, creo que las mejores épocas del Tigre son estos últimos años y pienso que algo mejores que en los años anteriores, eso debemos reconocerlo. Viene de competir muchos años seguidos en Copa Libertadores, logró títulos nacionales también bastante seguidos y siempre fue protagonista en los torneos bolivianos, casi no dejó de pelear el título.

—Esta época se la asocia mucho con Pablo Escobar, ¿será mejor que otras que hubo antes?

—Son épocas distintas, pero indudablemente por los logros conseguidos creo que marca diferencia. También la época de 1977 hacia adelante es igual destacada, cuando gana el primer título de la Liga y juega seguido Copa Libertadores, aunque esta última contempló más actuaciones internacionales y torneos nacionales. Son dos épocas bien marcadas y destacadas por los jugadores reconocidos que se tenía. Quizá la que mejor se perfila es la de estos últimos 10 años. Ahora, en medio se metía un poco la que me tocó ser parte a principios de los 90, que teníamos un grupo muy luchador, pero no entra en el rango de esas otras generaciones.

—¿Cómo era el Tigre en la época suya de los 90?

—Nos tocó encarar años complicados en la parte económica y muy difíciles en lo institucional, porque nos tocaba prepararnos con muchas desventajas, no estar bien en los pagos, había deudas, teníamos paros hasta de una semana y más porque no había recursos y esa situación inestable nos perjudicaba mucho. Había muchos compromisos incumplidos, pero los jugadores igual fuimos muy querendones del club, pese a esas dificultades.

— ¿Recuerda algún partido o clásico especial de su época? 

—Me acuerdo de varios partidos con la casaca stronguista, que me marcaron. Uno fue cuando ganamos a Bolívar con tres goles míos, fue una tarde inolvidable para muchos hinchas. Revisé algunos datos y no había un jugador del Tigre que le hubiese marcado tres goles a Bolívar, pero sí encontré al revés, es decir son muchos más los jugadores bolivaristas que marcaron tres al Tigre, como (Jorge) Hirano, (Carlos) Borja y (Fernando) Salinas. En otro clásico, también ganamos con un gol mío, luego de que volví al club de una suspensión. También recuerdo que marqué tres goles en 1994 en la Libertadores, fue justo un 8 de abril. Son muchos los recuerdos.

—¿Ese clásico de tres goles suyos por qué fue especial?

—No solo fue ganar un clásico, sino que Bolívar contaba con uno de los mejores planteles, figuras mundialistas de gran nivel. Sin margen de error, esos años Bolívar aportaba con 10 jugadores a la selección de aquel tiempo. Era un equipazo, muy fuerte y la verdad que la hinchada estaba muy eufórica, fue algo muy especial.

—Se dijo que la directiva celeste se arrepintió de algo.

 —Fue precisamente mucho antes de ese partido que don Mario Mercado me contactó, tuvimos algunas conversaciones para que pudiera pasar a ese club, pero finalmente no se dio por diferentes motivos, uno de ellos fue la identificación con The Strongest que yo tenía y resultó que semanas después hice los tres goles y supe que en Bolívar fue el comentario de por qué no me convencieron y dicen que no sabían qué decir.

 —¿El Tigre de su época era fiel a la histórica garra?

—En los 90 comenzó a cambiar la característica del equipo. Siempre supimos que su ADN era la garra, fuerza, con jugadores pesados y temperamentales que nunca se dan por derrotados. Antes, el juego era con un lanzador que tiraba el pelotazo a los punteros, desborde y centro para el grandote cabeceador de área. Todo eso se movió desde el sistema, comenzamos a jugar el 4-4-2, surgió el enganche o el enlace, papel que me tocó hacer. Es decir, el Tigre ya no solo fue garra, sino que le dimos ese toque de juego técnico con (Sergio) Luna y luego con Ramiro Castillo, que volvió.

—¿Se puede decir que era un Tigre con un nuevo estilo?

— Comenzamos otro tipo de juego porque el fútbol moderno era ese. Es decir, la herencia de lo aguerrido nunca se perdió, ni entregarse ni rendirse, solo que como que los tiempos de juego comenzaron a cambiar, The Strongest tuvo que hacer lo mismo, y eso que desde los 2000 empezaron los cambios, porque el fútbol se hizo más dinámico, se exigía mejor estado físico, atlético, mayor técnica y mejor fútbol, es decir,  se hizo más exigente.

—Este domingo es Día del Hincha Stronguista.

—Un saludo cariñoso y fraterno para nuestra fiel hinchada, que apoya, sufre, festeja, se alegra y celebra todo lo acontecido con el club. Todo lo que sucede en The Strongest es por ellos, el club se debe a ellos. Yo tengo gratos recuerdos con la hinchada aquí en Cochabamba, con la filial pasamos momentos bonitos. Por eso mismo hice para el centenario una revista homenaje.

—¿Alguna anécdota con ChupaRiveros?

—Claro que tenemos gratos recuerdos con la familia de don Chupaque fue un ejemplo de hincha. Él vivía por el club, era un hombre íntegro. Recuerdo que luego de que volví de la suspensión y como capitán me hizo dar el grito de guerra, el gran “Huarikasaya”, antes de salir al campo de juego.

—¿Cómo ve al fútbol boliviano actual en general en la parte deportiva y futbolística?

—Se han mantenido algunos picos altos de manera esporádica de algunos clubes, pero ello no es el reflejo real de lo que pasa en nuestro fútbol. No somos protagonistas en el exterior y eso deviene de muchos factores en el exterior que afectan a la selección y clubes y no tengamos un jugador bien formado. Todo el aparato formativo a nivel nacional cayó, porque no aparecen grandes figuras.

—¿Cómo ve las posibilidades ante Brasil y Argentina en las eliminatorias?

—Muy complejo, sumando nuestra situación de crisis. No se tuvo una competencia normal, nuestros jugadores avanzaron en el profesionalismo, pero no del todo respecto a los otros, por eso hay diferencias físicas y en competitividad, los otros ya están jugando hace tiempo y con mejor ritmo.

—¿Qué actividad cumple actualmente?

—Estoy en la dirigencia, en la parte de la formación de jugadores en el club Enrique Happ, pese a los problemas y los conflictos que existen en nuestro fútbol, sigo comprometido con el trabajo en el fútbol, aunque ya no en la cabeza de la Asociación Cochabambina de Fútbol, donde durante tantos años estuvimos en una lucha directa en la que los dirigentes pensaban solo en ellos y no en el proceso.

Perfil

Nombre: Jhonny Robert Villarroel Fernández

Nacimiento: Cbba, 11.10.1968

Familia: Wálter y Flora (padres); Mirtha, Carlos, Elvira, Walter, Rosmery, Elena, Gualberto, y Mery (hermanos); Ximena (esposa); Pablo, Cristian, Rafael y Jhonny (hijos); Santiago André (nieto)

Trayectoria

Jugó en la selección boliviana a principios de los 90, fue parte del glorioso combinado de 1993 que logró la clasificación al Mundial de EEUU. Estuvo en el fútbol profesional más de 15 años, donde tuvo la parte más destacada de su carrera. Luego se licenció en Economía.

(27/09/2020)