John Kerry llega a Pekín para pedir a China que sosiegue a Corea del Norte
Tras una escala en Seúl en donde reafirmó el apoyo de Washington a Corea del Sur, Kerry viajó a la capital china en donde se reunió con el jefe de la diplomacia Wang Yi y con el presidente Xi Jinping
El secretario de Estado estadounidense John Kerry llegó el sábado a Pekín para intentar convencer a las autoridades chinas de alzar el tono contra Corea del Norte y que aboguen por un acercamiento entre Seúl y Pyongyang.
Tras una escala en Seúl en donde reafirmó el apoyo de Washington a Corea del Sur, Kerry viajó a la capital china en donde se reunió con el jefe de la diplomacia Wang Yi y con el presidente Xi Jinping.
«Obviamente debemos hacer frente a enormes desafíos, y estoy deseoso de tener esta conversación con usted hoy», dijo Kerry a su homólogo chino.
Al ser recibido por el presidente Xi en el Gran Salón del Pueblo de Pekín, el secretario de Estado norteamericano estimó que la situación en la Península Coreana atraviesa actualmente «un momento crítico».
«Señor presidente, se trata claramente de un momento crítico con algunas cuestiones que constituyen grandes desafíos», dijo Kerry. «Cuestiones relativas a la Península Coreana, el desafío de Irán y las armas nucleares, Siria y Medio Oriente, y las economías en el mundo que necesitan ser reactivadas», agregó.
China es el único aliado importante de Corea del Norte y su proveedor clave de ayuda y comercio. Las autoridades chinas son las únicas que tienen influencia sobre el gobierno de Kim Jong-Un, que ha amenazado en varias oportunidades con una guerra nuclear.
Sin embargo, Xi no se refirió a la Península Coreana en sus primeras afirmaciones durante esta reunión, limitándose a decir que la relación entre Estados Unidos y China «se encuentra en una nueva etapa histórica y tuvo un buen comienzo».
Estados Unidos y Corea del Sur, así como Japón que fue directamente amenazado el viernes por Pyongyang con un ataque nuclear, intentan disuadir a Corea del Norte de llevar a cabo un ensayo de uno o varios misiles de corto y mediano alcance que atizarían aún más la tensión en la península coreana.
En un año Pyongyang disparó dos misiles (uno de ellos, el de diciembre, fue exitoso) considerados por las potencias occidentales como ensayos de misiles balísticos encubiertos, y procedió a un ensayo nuclear (el 12 de febrero) lo que le valió un nuevo tren de sanciones en la ONU, causa de las amenazas belicistas norcoreanas.
Corea del Norte, que ignoró las advertencias de su vecino y aliado chino, desplegó en su costa oriental dos misiles Musudan, con un alcance teórico de 4.000 km lo que supone que podría atacar objetivos en todo el territorio japonés, surcoreano e incluso en la isla de Guam en el Pacífico, en donde Estados Unidos tiene bases navales y aéreas.
El eventual disparo de un misil podría producirse alrededor del 15 de abril, día aniversario del nacimiento del fundador de la dinastía comunista, Kim Il-Sung, estiman los expertos.
Estados Unidos estima que China, único aliado de peso y garante económico de Corea del Norte, puede y debe usar su influencia para doblegar a Pyongyang antes de que cometa lo irreparable.
«China tiene un enorme potencial para hacer la diferencia sobre este tema y espero que en ocasión de nuestras reuniones podamos entendernos sobre las formas para desactivar las tensiones», declaró John Kerry en un comunicado conjunto con la presidenta surcoreana Park Geun-Hye difundido antes de partir de Seúl.
«Está claro en el mundo entero que ningún país tiene una relación tan estrecha ni una influencia tan grande en la RPDC (República Popular y Democrática de Corea) que China», agregó.
Sin designar explícitamente a Corea del Norte, el presidente chino Xi advirtió la semana pasada a Pyongyang de que no «precipite (la península coreana) en el caos».
Según el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, que se reunió el viernes en Pekín con los dirigentes chinos, éstos están «muy preocupados» por la situación.
Sin dejar de lado la firmeza de Washington frente a las amenazas, Kerry dio en paralelo el apoyo estadounidense a la mano tendida por Seúl a Pyongyang. La presidenta Park, que militó en la derecha conservadora tradicionalmente hostil al régimen comunista, declaró el viernes que Corea del Sur está dispuesto a «escuchar lo que Corea del Norte tiene para decir».
«La presidenta Park fue elegida con una visión diferente de las oportunidades de paz y saludamos esta visión», explicó John Kerry. «Estamos listos para trabajar con la convicción de que las relaciones entre el norte y el sur pueden mejorar y pueden hacerlo muy rápido», dijo.
Para apaciguar la situación, Estados Unidos anuló la semana pasada el disparo de ensayo de un misil balístico intercontinental desde California (oeste), el Minuteman 3. Con el mismo espíritu Kerry desistió de visitar en Corea del Sur la localidad fronteriza de Panmunjom en donde se firmó el armisticio que puso fin a la Guerra de Corea (1950-1953).
Luego de China, Kerry viajará a Japón, amenazado el viernes por la noche por el régimen norcoreano con «llamas nucleares» luego de que Tokio ordenara el despliegue de baterías antimisiles y dispusiera que se derribe todo misil norcoreano que amenace el territorio nipón.