El Consejo Supremo de Justicia de Egipto calificó de “agresión sin precedentes contra la independencia del Poder Judicial” la última declaración constitucional del presidente egipcio, Mohamed Mursi, que lo sitúa por encima de la ley.

Asimismo, a través de un comunicado difundido por la agencia oficial Mena tras una reunión de urgencia, este órgano judicial exhortó al Mandatario a “apartarse con su declaración constitucional de todo lo que perjudique al Poder Judicial y sus prerrogativas”.

Con el acta constitucional promulgada el jueves, Mursi se sitúa por encima de la ley, al declarar todas sus decisiones “inapelables y definitivas” y arrogarse el poder para tomar “cualquier decisión necesaria para proteger la revolución” de 2011, en la que fue derrocado Hosni Mubarak.

A raíz de este decreto, los opositores instalaron desde el viernes una treintena de tiendas de campaña en la plaza Tahrir de El Cairo contra las medidas adoptadas por Morsi para reforzar sus poderes. A su vez, los partidos laicos convocaron para el martes a una manifestación masiva de rechazo al decreto presidencial.

El acta de Morsi ha vuelto a tensar la inflamable escena política egipcia, alargando la fosa que separa islamistas y laicos. Egipto es hoy un país partido en dos. En varias localidades de la geografía egipcia hubo enfrentamientos violentos entre seguidores y detractores de Morsi. El viernes, en al menos tres ciudades, Alejandría, Port Said e Ismailiya, manifestantes airados incendiaron sedes de los Hermanos Musulmanes, el partido del Presidente.

Control absoluto

Morsi controlaba los poderes Ejecutivo y Legislativo, y de la Asamblea Constituyente; la única institución independiente era el Poder judicial. Con la nueva declaración, adquiere todo el control.

Oposición se mantiene firme

Los partidos laicos y liberales, así como los movimientos revolucionarios, aseguraron ayer que no abandonarán la plaza Tahrir de El Cairo hasta conseguir que el Presidente egipcio revoque su decisión de blindar sus poderes ante la Justicia. El anuncio fue realizado en un comunicado firmado por 15 formaciones, entre ellas el Partido de la Constitución, encabezado por el premio nobel de la paz Mohamed el Baradei.

Estas fuerzas políticas califican la declaración constitucional de “fascista y dictatorial” porque otorga “poderes divinos sin precedentes en la historia de Egipto a un presidente, sin el control de ningún órgano, lo que le convierte en un nuevo faraón con prerrogativas ejecutivas y legislativas, también sobre el Poder Judicial”.

En este sentido, dejaron claro que la sangre derramada desde la Revolución del 25 de Enero “no permitirá la vuelta de un nuevo faraón que esté sobre la ley y el Estado en defensa de los estrechos intereses de un grupo”, en alusión a los islamistas Hermanos Musulmanes.