Kadhafi ordena feroz represión en Libia
Ultimátum. El hijo del gobernante fue quien lanzó la amenaza

La televisión estatal informó de un operativo de las fuerzas de seguridad «contra los saboteadores y quienes siembran el terror», en el que «varias personas murieron», sin más precisiones. Residentes en Trípoli denunciaron una «masacre» en los barrios de Tayura y Fashlum de la capital. El hijo de Kadhafi, Saif al Islam, había emplazado horas antes a los libios a deponer la rebelión.
«Me dirijo a vosotros por última vez antes de recurrir a las armas», dijo Al Islam, antes de advertir que Libia no es «Túnez ni Egipto», en referencia a las revoluciones que en esos dos países provocaron en las últimas semanas la caída de otros longevos regímenes autoritarios.
Kadhafi no ha realizado ninguna declaración pública desde el inicio de la insurrección. El ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, dijo que el coronel libio podría haber huido a Venezuela, pero las autoridades de Caracas lo desmintieron terminantemente. El viceministro libio de Relaciones Exteriores, Jaled Kaim, afirmó por la noche que Kadhafi sigue en Libia.
Poco después, un influyente teólogo qatarí de origen egipcio, el jeque Yusef al Qardaui, de 85 años, emitió una fatua en el canal Al Jazeera llamando al Ejército libio a asesinar a Kadhafi.
La estimación de muertos desde el inicio de la rebelión el 15 de febrero hasta primeras horas de ayer iba de 230 (según Human Rights Watch) a una cifra de 300 a 400 (según la Federación Internacional de Derechos Humanos). Pero cualquiera sea el balance, éste tuvo un incremento significativo tras los enfrentamientos e incidentes de ayer.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó a Kadhafi en una conversación telefónica a «cesar inmediatamente» la violencia, informó el portavoz de Ban, Martin Nesirky. Y el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, urgió a las autoridades libias a poner fin a la represión contra civiles desarmados y a responder a las «aspiraciones legítimas» de la población a un cambio democrático.
También Silvio Berlusconi, jefe del Gobierno de Italia —ex potencia colonial en Libia— condenó el uso «inaceptable de la violencia contra la población civil». La rebelión provocó disensos en la cúpula del régimen.
Disensos en el régimen
El Ministro de Justicia libio renunció al cargo, la misión diplomática de ese país ante la ONU abandonó sus funciones y dos coroneles, que se habían negado a disparar contra civiles, huyeron en aviones cazas hasta la isla de Malta, donde también aterrizaron dos helicópteros con ex colaboradores de Kadhafi.