La creación de la primera célula sintética, anunciada por el científico y empresario Craig Venter (uno de los padres del genoma humano), ha causado perplejidad extendida. Los bioéticos saludan la técnica pero niegan que suponga la creación de vida artificial. El Vaticano se ha puesto en guardia y el presidente Obama ha encargado un informe a sus asesores.

El equipo de Venter anunció en la revista Science la creación de la primera «célula sintética». Su genoma está copiado de un genoma natural, el de la bacteria Mycoplasma mycoides, pero ha sido sintetizado por métodos químicos de la primera a la última letra.

La célula sintética es idéntica a su modelo natural, y por tanto no es útil en sí misma, sino como prueba de principio: la técnica funciona, sirve para generar células vivas a partir de una mera secuencia genética guardada en un ordenador, y a partir de ahora podrá usarse para crear otros organismos con genomas más inventivos.

Los principales objetivos de Venter son energéticos, como diseñar bacterias que produzcan combustible a partir de la energía solar y el CO2 atmosférico. Pero su trabajo agita el fondo de mares filosóficos muy hondos.

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, encargó a la Comisión Presidencial para Asuntos de Bioética que analice las implicaciones de esta tecnología: tanto sus riesgos como sus beneficios potenciales sobre la medicina, el medio ambiente y la seguridad.

La comisión deberá publicar en seis meses sus recomendaciones al Gobierno federal, en lo que puede conducir a la primera regulación legal de la creación de células sintéticas. El propio Venter ha pedido regulaciones legales de una técnica poderosa e impredecible.

Bioético destaca el hallazgo

Arthur Caplan, uno de los bioéticos más respetados, opina que «el logro parece acabar con el argumento de que la vida requiere de una fuerza o poder especial». Dijo que el hallazgo es  trascendental.

Iglesia: «El hombre no es Dios»

El diario del Vaticano L’Osservatore Romano afirmó el viernes sobre la creación de la primera célula viva dotada de un genoma sintético que se trata de «un muy buen motor, pero no es la vida». El diario confía al pediatra Carlo Bellieni la tarea de realizar el primer comentario oficial del Vaticano.

Se trata de «un trabajo de ingeniería genética de alto nivel», pero «en realidad la vida no ha sido creada», sólo «se le ha sustituido uno de sus motores», escribió.

Pero, informa AFP, altos prelados católicos italianos expresaron su perplejidad y su preocupación, y se pusieron en guardia. «En manos equivocadas, la novedad de hoy puede suponer mañana un devastador salto a lo desconocido», estimó el obispo Domenico Mogavero, presidente de la Comisión para los Asuntos Jurídicos de la Conferencia Episcopal italiana, en una entrevista al diario la Stampa.

«El hombre viene de Dios pero no es Dios: es humano y tiene la posibilidad de dar la vida procreando y no construyéndola artificialmente», añadió. «Es la naturaleza humana que da su dignidad al genoma humano, no lo contrario. La pesadilla contra la que hay que luchar es la manipulación de la vida, la eugenesia».

Para el teólogo Bruno Forte, arzobispo de Chieti-Vasto, «la preocupación se puede resumir en una pregunta: ¿es lo científicamente posible también justo desde un punto de vista ético?».