El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) condenó “en los más firmes términos” la matanza de más de un centenar de civiles en la ciudad siria de Al Haula, tras los bombardeos del viernes y sábado de las fuerzas del Gobierno en zonas residenciales. 

“Ese atroz uso de la fuerza contra la población civil es una violación de la ley internacional y de los compromisos del Gobierno sirio con la ONU”, señala una declaración aprobada ayer de forma unánime por el máximo órgano de seguridad internacional.

El Consejo de Seguridad, bajo la presidencia de Azerbaiyán, celebró una reunión de urgencia para abordar la situación siria, en donde el fin de semana los observadores de la misión de supervisión de la ONU en Siria (UNSMIS) hallaron cadáveres de más de un centenar de personas y a cientos de heridos.

El jefe de la UNSMIS, el general noruego Robert Mood, comunicó a los 15 miembros del Consejo que “encontraron 108 muertos, de los que 49 eran niños”, informó el embajador adjunto de Francia, Martin Briens, quien además agregó que el informe del uniformado “ha sido abrumador, confirmó la horrenda masacre, en unos términos que van más allá del entendimiento”.

Asesinatos. En la declaración aprobada por el Consejo por unanimidad, se señala que “han sido confirmados por los observadores de la ONU los asesinatos de docenas de hombres, mujeres y niños, y heridas de centenares en la localidad de Al Haula, en ataques que implican artillería utilizada por el Gobierno y disparos de mortero contra zonas residenciales”. Asimismo ampliaron su condena a “los asesinatos de civiles realizados por disparos de distancia corta y por severos abusos físicos”.

Los países del Consejo de Seguridad, que enviaron sus condolencias a los familiares de las víctimas, reiteraron su “grave preocupación” por los civiles sirios, al tiempo que solicitaron que, de inmediato, «debe terminar el uso de la violencia en cualquiera de sus formas por todas las partes».

“Los responsables de los actos de violencia deben de ser llevados ante la justicia”, subraya la declaración. Y pide al Gobierno de Siria “el inmediato cese del uso de armamento pesado contra los centros de población y la retirada de todas sus tropas y su armamento, así como la vuelta a sus cuarteles”.

“La masacre de Al Haula es un crimen injustificable. Ha sido condenada por mi gobierno”, reiteró el embajador sirio ante Naciones Unidas, Bashar Jafari, quien además sostuvo que “algunos miembros del Consejo de Seguridad han mentido y han intentado desviar la información de lo que ha pasado».

El diplomático sirio agregó que “en la declaración aprobada no hay nada que diga que el Gobierno sirio es culpable de esos asesinatos”.

Los países occidentales y árabes han responsabilizado al Gobierno sirio de esa matanza que hasta el sábado tenía 92 víctimas fatales confirmadas, mientras que el Gobierno del presidente de esa nación, Bachar al Asad, responsabiliza a grupos terroristas y a la oposición, que también culpa a las autoridades sirias de lo sucedido.

“Los miembros del Consejo de Seguridad reafirman su firme compromiso con la soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial de Siria”, agrega la declaración, que también expresa «pleno apoyo» a los esfuerzos del enviado especial de la ONU, Kofi Annan, y a su plan de paz.

El plan de paz, en vigor desde el 12 de abril, exige a todas las partes el inmediato fin de la violencia y de las violaciones de los derechos humanos, así como asegurar el acceso de personal humanitario al país, facilitar la transición política siria hacia la democracia, el inicio del diálogo político y permitir el acceso de la prensa, entre otros.

La violencia aún no se detiene

Inocentes
El gobierno de Al Asad deslindó toda responsabilidad sobre la masacre y responsabilizó a terroristas y  a la oposición.

Violencia
Ayer, en combates en varios lugares de Siria entre fuerzas del Gobierno y de la oposición, murieron otras 16 personas.