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La proeuropea Maia Sandu gana la elección presidencial en Moldavia

La exprimera ministra proeuropea Maia Sandu ganó la segunda vuelta de la elección presidencial de este domingo en Moldavia, con cerca de 14 puntos porcentuales de diferencia con su rival, el presidente saliente prorruso Igor Dodon.

Con el 99,07% de los votos escrutados, Sandu, que promete una lucha sin cuartel contra la corrupción, obtuvo el 57% de los sufragios contra el 43% de Dodon, acusado de corrupción durante su mandato de cuatro años, según datos de la Comisión Electoral Central publicados en su página web.

La victoria de Sandu, de 48 años y primera mujer que se convierte en presidenta de esta exrepública soviética que desde hace años oscila entre aspiraciones europeístas y acercamiento a Moscú, puede no ser bien vista por Rusia, que teme perder su influencia en la región.

Los resultados definitivos se esperan el lunes por la mañana. Sandu no ha proclamado todavía su victoria, aunque las celebraciones no se hicieron esperar en la madrugada del lunes ante su cuartel general en el centro de Chisinau, la capital moldava.

«Maia Sandu presidenta» y «Un país para los jóvenes», gritaban decenas de seguidores que le ofrecían flores.

Su adversario, de 45 años, tampoco se ha referido al resultado de la votación, pero al cierre de los centros de votación hizo un «llamado a la calma». Se espera que comparezca en una conferencia de prensa en la mañana del lunes.

La victoria de Sandu augura «una clara reducción de la influencia rusa» en este pequeño país encajonado entre Ucrania y Rumanía, dijo a la AFP Iulian Groza, director ejecutivo del Instituto de Política Europea y Reformas en la capital moldava.

Sandu, con una reputación de incorruptible, «hará avanzar las reformas» y «defenderá los intereses nacionales dialogando con Rusia», agregó Groza.

Economista de formación, Sandu ha trabajado en el Banco Mundial en Chinisau de 1998 a 2005, y en Washington de 2010 a 2012. Antes de un breve paso como primera ministra, fue ministra de Educación.

Rusia, que ve cómo gobiernos aliados en Bielorrusia o Kirguistán enfrentan intensos movimientos de protesta y que ya había roto en 2014 sus vínculos con Ucrania, apoyaba abiertamente a Dodon.

Su presidente, Vladimir Putin le recibió en el Kremlin y prometió una ayuda financiera para Moldavia, cuya economía muy dependiente de la agricultura, ha sido golpeada por la sequía este año.

De hecho, Rusia acusó a Washington de orquestar «un escenario revolucionario para Moldavia en noviembre» pese a que este país ya ha conocido protestas poselectorales.

Posibilidad de cambios

Rumanía, que tiene estrechos lazos históricos con este pequeño país que también habla rumano, apoya a Sandu.

Amputada de una parte de su territorio, Transnistria, controlada por los separatistas prorrusos, Moldavia, con sus 3,5 millones de habitantes, es uno de los países más pobres de Europa. Se estima que el 40% de su población ha emigrado para escapar de la miseria.

Encajonada entre una Ucrania prooccidental y Rumanía, que es miembro de la Unión Europea, Modalvia se vio conmocionada en 2015 por la desaparición de mil millones de dólares de las cajas de tres bancos nacionales, el equivalente al 15% del PIB.

«Hoy tenéis el poder de castigar a aquellos que os robaron, que os redujeron a la miseria y os obligaron a abandonar vuestras casas», declaró la candidata tras haber votado el domingo en la capital Chisinau.

Sandu ya había dado la sorpresa al liderar el escrutinio en la primera vuelta de la contienda presidencial, gracias al apoyo sin precedentes de los electores que votaron desde el extranjero.

En la segunda vuelta, los moldavos de la diáspora volvieron a votar en masa.

Unos 258.000 moldavos que residen en el extranjero participaron en esta segunda vuelta, mientras que en la primera fueron 150.000. La participación total alcanzó el 52,7%, casi nueve puntos más que hace dos semanas.

Sandu no lo tendrá fácil, ya que carece de una mayoría parlamentaria leal. Aunque haya legislativas anticipadas, no tiene asegurado el control del Parlamento.

«Habrá un pulso» con el Parlamento pero «han surgido posibilidades y esperanzas de cambio», estima el experto Viktor Tchabanu, citado por la web Newsmaker.

(15/11/2020)