La crisis griega se agravó con la muerte de tres personas en las masivas manifestaciones en Atenas, durante la huelga general convocada por los sindicatos en contra de las duras medidas de austeridad planteadas por el Gobierno.

Las muertes se produjeron a raíz del incendio, causado por un cóctel molotov, de una sucursal de la filial bancaria Marfin Eganatia Bank, situada en una céntrica calle adyacente a la plaza de Sintagma.

Una cuarta persona sufrió lesiones de extrema gravedad al arrojarse desde un balcón para huir de las llamas.
Grecia cerró con este trágico desenlace una jornada de protestas en Atenas y otras ciudades contra el plan de recortes del Ejecutivo, que en total dejaron 44 heridos en choques entre manifestantes y policías.

La capital helena fue escenario de los choques más violentos, al emplearse a fondo fuerzas antidisturbios para dispersar a grupos radicales, pero también participó una población muy airada por las impopulares medidas, condicionadas por las ayudas de los países del euro y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para salvar al país de la bancarrota.

Una de las víctimas fatales era mujer, cuya identidad no fue divulgada, y que estaba embarazada de cuatro meses. Pereció de asfixia, al igual que sus compañeros, cuando intentaba escapar de las llamas en una planta superior del edificio situado en el centro de la capital.

El alcalde de Atenas, Nikitas Kaklamanis, comentó a la televisión que la ciudad «tiene cuatro víctimas mortales, si es verdad que una de las empleadas estaba embarazada», y exigió al Gobierno que detenga a los responsables de los desmanes y la violencia registrada. 

En otro sector de la capital, según el País de Madrid, miles de personas acudieron por la mañana a una marcha hacia el Parlamento griego durante la cuarta huelga general convocada desde el inicio de la crisis. Se trata de la mayor protesta hasta ahora, en la que al sector público se sumaron los trabajadores del sector privado. El objetivo de la misma era presionar contra los recortes de gasto con los que el Ejecutivo de Yorgos Papandreu pretende reducir el déficit público y ahorrar hasta 30.000 millones de euros durante los próximos tres años y que la Cámara debe aprobar hoy.

Hacia el mediodía, unas 100.000 personas, según fuentes sindicales, y unas 25.000, según la Policía, se concentraron en un verdadero asedio al Parlamento. Se escucharon gritos de «asesinos» y «quememos el Parlamento» los que elevaron la tensión y que tuvo un trágico final.

Tras lamentar la muerte de las tres personas, el presidente de Grecia, Carolos Papúlias, declaró que «el país (Grecia) ha llegado al borde del abismo». Ahora «está en nuestras manos si damos el salto al vacío», añadió el Jefe de Estado, tras los trágicos acontecimientos. Por su parte, el ministro para la protección del Ciudadano Mijalis Jrisojoídis declaró que hoy «es un día negro para la Democracia (de Grecia)».

Condena. El primer ministro griego, Yorgos Papandreu, condenó las muertes. «La violencia lleva a la violencia», declaró en el Parlamento, consternado por lo que calificó de «tragedia» al referirse «asesinato de tres conciudadanos». Papandreu prometió que «los responsables serán castigados… cada ciudadano tiene el derecho de protestar, pero no a hacer uso de la violencia».

«El gobierno comparte los sentimientos de los jubilados y de los asalariados que ven reducidos sus ingresos, pero lo hacemos para que haya un futuro», ha reconocido el primer ministro, quien justificó los recortes aplicados por un programa de ahorro que pretende reducir el enorme déficit fiscal, del 13,6% el 2009, que, junto con la elevada deuda, ha llevado al país al borde de la bancarrota, y dijo que «la otra solución era el empobrecimiento del país y de los ciudadanos».

‘Se pone en juego el futuro europeo’

La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió de que «Europa y Alemania se encuentran en la encrucijada», que «se juega el futuro de Europa»; pero defendió las ayudas a Grecia acordadas por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En una declaración del Gobierno ante el Bundestag, el Parlamento alemán, al inicio del debate para la aprobación de las ayudas alemanas, Merkel destacó que se «encuentra en juego el futuro de Europa y con ello el de Alemania».

Tras calificar la situación actual de «excepcional» y «sin precedentes históricos», Merkel exigió no repetir errores del pasado al recordar que Grecia no cumplía ya el 2000 los criterios para acceder al euro, pidió «un análisis sin tapujos» de la crisis y «una terapia sin miramientos» para afrontarla.

A la hora de solicitar la aprobación parlamentaria de las ayudas para Grecia, de 22.400 millones de euros para tres años, Merkel subrayó que la solución del problema depende de ese país, pero se mostró convencida de que el ambicioso programa de saneamiento de su Gobierno dará resultados.

Asimismo, se reafirmó en la voluntad de sacar las consecuencias de la crisis griega y llevar adelante una reforma de los tratados europeos para que en situaciones como la actual no vuelvan a repetirse.