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Las represiones antirrevolucionarias se avivan en Siria, Jordania y Bahréin

La corriente revolucionaria cobra fuerza en el mundo árabe. En Libia, las fuerzas rebeldes han recuperado la ciudad estratégica de Ajdabiya; mientras que en Siria, Jordania y Bahréin, las fuerzas de seguridad reprendieron cruentamente las marchas de protesta. 

Las fuerzas rebeldes libias han retomado esta mañana la estratégica ciudad de Ajdabiya, tras una noche de enfrentamientos y la incursión de la aviación aliada, y recuperan así una plaza clave en la defensa de Bengasi, el gran bastión de los insurgentes. Con este golpe frenan el avance hacia el este de las fuerzas militares del régimen de Muamar Gadafi, que han sido expulsadas de la localidad, y marcan un punto de inflexión en el desarrollo de la guerra libia.

Anoche la aviación bombardeó las posiciones de Gadafi en el este de la urbe y dejó el camino expedito para que los rebeldes penetraran de nuevo. Esta mañana, los insurrectos han entrado y han afianzado el control. Mientras, la coalición internacional ha iniciado el bombardeo de Misrata, la única ciudad rebelde del oeste del país, para liberarla del fuego de artillería de las tropas gubernamentales. Animados por el éxito en Ajdabiya, los rebeldes se dirigen hacia el oeste, a la ciudad de Brega.

La revuelta arrebata así una plaza estratégica a Gadafi, después de que las tropas del régimen se adueñaran de la ciudad la semana pasada. El objetivo era utilizarla como base para lanzar la gran ofensiva sobre Bengasi, el mayor fuerte de la revuelta. Pero la operación aérea de la coalición internacional ha frenado su avance.

Mientras los rebeldes libios cobran fuerza, en Siria, las fuerzas de seguridad perpetraron ayer una nueva matanza de manifestantes. Ante el crecimiento de la revuelta en la ciudad sureña de Deraa y la extensión de las protestas a otras zonas del país, incluido Damasco, el régimen de Bachar El Asad olvidó las promesas de tolerancia formuladas la víspera y volvió a reprimir con la máxima brutalidad. Hubo al menos 20 muertos, según testimonios citados por Al Yazira. El furor de la multitud de Deraa y los ametrallamientos indiscriminados y ya casi cotidianos demostraron que la presidencia de El Asad estaba en serio peligro e intentaba ahogar la revuelta en un baño de sangre.

La medida se añade a otras adoptadas por el régimen para frenar la ola de protestas que está reprimiendo en las calles con extrema dureza. El pasado jueves, Buthayna Chaabane, consejera política de El Asad, apareció en televisión para prometer más libertad, menos corrupción y un aumento de sueldo a los funcionarios. Lo mismo que ya había prometido en 2005 sin cumplir nada. Pero mientras se prometen estas medidas, las fuerzas de seguridad siria perpetran auténticas matanzas entre los manifestantes, especialmente en dos ciudades del sur del país, la citada Deraa y Sanamein.

Caen  las dictaduras en el Magreb

PROTESTAS
La movilización tunecina se ha extendido por  el mundo árabe. Primero fue Túnez y después Egipto, ahora las manifestaciones han cobrado fuerza no solamente en Libia, sino también en Jordania, Siria, Yemen, Bahréin y Argelia, incluso en Oman, uno de los países más estables.