El Senado argentino protagonizaba ayer un acalorado debate por el proyecto de ley que autoriza el matrimonio homosexual, que de aprobarse convertirá al país en el primero de América Latina en legalizarlo. La sesión, que se anticipa prolongada y con una votación muy reñida, comenzó con la presencia de 37 de los 72 senadores.

Con el quórum estricto necesario comenzó el crucial debate sobre el proyecto que modifica el Código Civil y habilita el matrimonio entre personas del mismo sexo.

«Confío en que podamos sacar la ley, espero que el Senado se comprometa con las minorías, pero vamos a ver finalmente el resultado», admitió al llegar al Congreso el senador Miguel Ángel Pichetto, presidente de los oficialistas.

El matrimonio gay divide a la sociedad que el martes se movilizó a favor y en contra, en este último caso con un masivo acto convocado por organizaciones católicas y evangélicas.

La polémica quedó nuevamente en evidencia ayer frente al Congreso, donde partidarios y enemigos del proyecto se enfrentaron verbalmente y se arrojaron naranjas y huevos.

«¡Iglesia, basura, vos sos la dictadura!», coreaban centenares de personas representantes de organizaciones homosexuales y de partidos de izquierda contra integrantes de agrupaciones católicas que respondían con rezos y elevando imágenes de la Virgen, mostró la Tv.

Según una encuesta de la consultora Isonomia, un 46,2% de los argentinos se manifestó en contra de la iniciativa, un 39,8% a favor y 14% no tiene opinión formada, mientras que la encuestadora Analogías, en un sondeo realizado sólo en las grandes ciudades, obtuvo un 68,5% de acuerdo y un 29,6% en contra.

Reforma a la fórmula del código civil

La iniciativa para consagrar por ley los matrimonios gays, cuyo alcance será general, contempla reformar el Código Civil cambiando la fórmula de «marido y mujer» por  «contrayentes».

La Presidenta toma partido

 La presidenta Cristina Kirchner se puso al frente del reclamo de la minoría homosexual, pese a que el proyecto había sido una iniciativa del opositor socialismo, y fustigó a la autoridad católica por convocar a «una guerra de Dios» contra el proyecto de boda gay.

«El matrimonio entre personas del mismo sexo es un reconocimiento social, cultural y jurídico para que todos puedan disfrutar los mismos derechos en condición de igualdad real», dijo Claudio Morgado, titular del Instituto contra la Discriminación (Inadi).

El Gobierno, a través del Inadi, organizó varias iniciativas en respaldo de la ley que culminaron ayer con una jornada «por la igualdad y la diversidad» y un concierto frente al Congreso.

Según Ángel Pichetto, «entre 33 y 35 senadores» respaldarán el proyecto, que ya cuenta con la aprobación de la Cámara de Diputados.   La Cámara Alta analizará si rechaza o aprueba el matrimonio gay, pero no podrá, en cambio, tratar un proyecto de ley de unión civil que excluye el derecho de adopción y que había sido propuesto como solución intermedia.

Si triunfa el rechazo no podrá volver a tratarse de nuevo el tema hasta el año próximo y si gana, el matrimonio gay será la ley que prevé igualar los derechos que tienen las parejas heterosexuales, como la adopción, herencia y beneficios sociales. Nueve parejas gay obtuvieron permisos judiciales.