Los 33 mineros atrapados en un yacimiento al norte de Chile revelaron estar en excelente estado de salud y ánimo en sus primeros contactos con el exterior, aunque aún no han sido informados de que el tiempo de rescate durará varios meses.

La espera será larga, ratificó ayer el presidente chileno, Sebastián Piñera, quien dijo que los mineros «probablemente no van a estar con nosotros en la superficie para el bicentenario (de la independencia, el 18 de septiembre), pero sí van a estar con no-sotros para Navidad y Año Nuevo».

Esto coincide con el cálculo de los ingenieros acerca de que el rescate podría durar hasta cuatro meses. Ayer, los camiones que llevan la sonda que hará la perforación final fueron recibidos con aplausos en el campamento de la mina San José.

El jefe del operativo, André Sougarret, explicó que «de aquí al fin de semana vamos a iniciar la perforación», el armado del artefacto «demora entre tres y cuatro días».

Una vez que los trabajadores de la mina fueron localizados con vida el domingo, se inició la operación de rescate que comprende la construcción de un ducto de 66 cm de diámetro, por donde saldrán los mineros en unos cuatro meses. Ingenieros, médicos y sicólogos trabajan codo a codo para que una operación de rescate tan larga termine con éxito.

Incluso el ministro de Salud, Jaime Mañalich, confirmó que se ha pedido ayuda a la agencia espacial estadounidense NASA, pues la situación de los mineros «es muy similar a la de los astronautas que están por meses en estaciones espaciales».

Mientras, los mineros comenzaron a recibir mensajes de sus familiares, con lo cual se les quiere brindar un apoyo importante, especialmente porque no se les ha dicho todavía cuánto durará el operativo para sacarlos de su encierro, confirmaron Sougarret y el ministro Mañalich.

«Eso todavía no lo hemos comunicado a ellos. Poco a poco les vamos a ir comentando qué es lo que sigue adelante», dijo Sougarret.

«La etapa que hemos llamado de soporte sicológico incluye la información a ellos. Y no se les ha transmitido todavía a ellos el tiempo que estimamos de rescate», dijo Mañalich. «Pero a través de las comunicaciones que ellos nos han entregado tenemos la certeza de que son mineros que saben y entienden que la tarea va a ser muy prolongada», agregó.

Las cartas de las familias les están siendo enviadas al fondo de la mina dentro de un tubo de plástico, que se desliza por el ducto por donde el domingo la sonda los contactó. «Te quisimos mandar una pelota pero no pasa por la sonda», le dijo Carolina a su padre Franklin Lobos, ex futbolista chileno, uno de los atrapados en la mina San José.

Ya el lunes durante la primera comunicación, los rescatistas pudieron darse cuenta de que el estado de ánimo era el mejor, cuando el ministro de Minería, Laurence Golborne, habló a través de un citófono introducido por el ducto. «Ministro, estamos bien; esperando que nos rescaten», le dijo el minero Luis Urzúa a Golborne cuando éste le preguntó cómo estaban.

Señales de optimismo

Mejor
«Esos compadres están mejor que nosotros», dijo Eduardo Hurtado, un operario.

Molestias
«Tienen molestias menores para lo que podríamos haber esperado», dijo la médica Paula Newman.

El cónsul San Miguel visitó a los bolivianos

El cónsul general de Bolivia en Chile, Walker San Miguel, llegó hasta la mina San José, en Copiapó. Allí se reunió con la familia de Carlos Mamani Solís, el minero boliviano que está 700 metros bajo tierra junto a otros 32 obreros.

Tras entregar la felicitación del Gobierno a su similar chileno por el hallazgo de los mineros, San Miguel atendió de inmediato a la esposa de Mamani, Verónica Quispe, y al suegro, Johnny Quispe.

«Están más tranquilos porque recibieron la certeza del Gobierno de Chile de que Carlos tendrá el mismo trato que el resto de los mineros, pese a ser extranjero. El gobierno del presidente Evo Morales comprometió todo el apoyo, incluso si ellos quieren volver a Bolivia», dijo san Miguel vía telefónica.

El cónsul destacó el trabajo de los ministros chilenos de Minería y Salud. También manifestó «el orgullo de portar la tricolor y la wiphala como una señal de unidad entre bolivianos y chilenos, porque ahí abajo no hay fronteras ni pasaportes».

El símbolo de los mineros
Mario Gómez es el más experimentado del grupo de 33 mineros atrapados. Hijo de minero, se dedica a esta labor desde los 12 años y envió la primera carta que emergió desde las profundidades, donde le renovó su amor a su esposa. «Él es callado y no es de expresar sus sentimientos. Su carta me extrañó; me dice que me ama. Nunca recibí una carta así de él, ni cuando éramos novios había sido tan romántico», dijo a la AFP su esposa, Liliana Ramírez.

Organización y rutina
La organización y una rutina de actividades seguidas por los 33 mineros les permitió sobrevivir durante los 17 días que los servicios de rescate tardaron en hallarlos, dijeron quienes han mantenido contacto con los trabajadores. Capitaneados por Luis Urzúa, un jefe de turno de 54 años, los atrapados racionaron la comida, consistente en atún y melocotón en conserva, galletas y leche, y también hicieron una excavación a fin de extraer agua para beber.

Superviviente de Los Andes
El médico uruguayo Gustavo Zerbino, uno de los supervivientes de la «tragedia de Los Andes» de 1972, en la que 16 hombres resistieron 73 días tras la caída de su avión en la cordillera andina, aconsejó «paciencia y confianza» a los 33 obreros atrapados. «Por medio de la tecnología les podrán arrimar oxígeno y alimentos, no conozco muy bien lo que está pasando, pero hay que tener paciencia y confiar», dijo Zerbino en entrevista con radio Cooperativa.

El espacio bajo tierra
Los 33 mineros atrapados dentro de una mina en Chile tendrían más de 1,5 km para desplazarse, además del refugio de seguridad construido sobre la roca a 700 metros de profundidad, explicaron a la AFP expertos y trabajadores del mismo yacimiento. «Pienso que tienen al menos un espacio de 1,8 km en donde pueden moverse, que es la zona donde creemos que no llegó el derrumbe», dijo a la AFP Juan Carlos Díaz, compañero de trabajo.