Las autoridades temen que lleguen a 10.000. Además, 1.419 personas han resultado heridas, más de 10.000 están desaparecidas y más de 400.000 han sido evacuadas, la mayoría cerca de las centrales nucleares dañadas por el temblor, según la agencia local Kyodo.

Alrededor de un millar de cuerpos fueron hallados en una playa de la península de Ojika, mientras que otros tantos fueron encontrados en la ciudad de Minami Sanriku, donde al menos 9.500 personas —más de la mitad de la población— están en paradero desconocido.

Sin embargo, algunos medios creen que es posible que muchos de estos desaparecidos huyeran a tiempo a la vecina localidad de Tome, también en Miyagi. Tampoco se conoce el paradero de otros 8.000 residentes del pueblo costero de Otsuchi, en la provincia de Iwate.

Entretanto, los equipos de emergencia se afanan por rescatar cerca de 300 cadáveres atrapados entre los escombros en la ciudad de Sendai, capital de dicha prefectura, que tampoco han sido incluidos en el recuento oficial de víctimas. En muchos núcleos urbanos continúan apareciendo cuerpos sin vida en las playas y la labor de los equipos de rescate se ve dificultada por las constantes réplicas y la magnitud de la devastación causada por el terremoto, el mayor que ha sufrido Japón desde que comenzó a registrar datos hace 140 años.

Solidaridad. El Gobierno de Miyagi ha solicitado ayuda a otras prefecturas para comenzar con la quema de los cuerpos con el fin de evitar la propagación de enfermedades entre los supervivientes, muchos de los cuales afrontan hoy su cuarta noche sin agua, comida o electricidad.

Unos 100.000 militares al mando del operativo de salvamento siguen peinando la zona en busca de víctimas atrapadas bajo los escombros o arrastradas mar adentro por la ola gigante de 10 metros de altura.

Japón cuenta con la colaboración de EEUU, que distribuye alimentos y material de socorro a través de un portaaviones y helicópteros, y ha recibido ofertas de ayuda de cerca de 70 países, que han aportado bomberos, médicos o especialistas en el manejo de grúas para retirar escombros y llegar a los atrapados.

Además de países como Australia, India, Corea del Sur, España, México o Francia, están colaborando otros que tradicionalmente mantienen unas tensas relaciones con Japón, como China o Rusia, que mantiene un conflicto territorial con Tokio por la soberanía de las islas Kuriles.

China enviará 30 millones de yuanes (3,2 millones de euros) en ayuda humanitaria a la zona afectada. Pekín ya envió ayer un grupo de 15 miembros del Equipo Chino de Búsqueda y Rescate Internacional para ayudar a localizar supervivientes. «China es también un país propenso a sufrir terremotos, y empatizamos totalmente con los sentimientos del pueblo japonés en estos momentos», ha declarado ayer el primer ministro chino, Wen Jiabao, que ha transmitido sus «profundas condolencias por la pérdida de vidas» y ha expresado «sincera simpatía con el pueblo japonés».

Desde el viernes, se han registrado casi 300 réplicas del devastador seísmo, y la Agencia Meteorológica nipona indicó anoche que hay un 70% de posibilidades de que se produzcan réplicas de hasta 7 grados en la escala Richter hasta mañana, por lo que las autoridades siguen pidiendo precaución a las poblaciones de la costa.

El temor por los extranjeros

La Agencia de Turismo de Japón ha declinado informar sobre los 2.500 extranjeros que se encontraban visitando la zona afectada por el seísmo, según recoge la agencia de noticias Kyodo. Varias embajadas han recomendado a sus ciudadanos no viajar al país, donde una nueva réplica de 6,3 grados en la escala Richter ha hecho temblar de nuevo la zona nororiental a las 15.13 de ayer, sin que haya provocado daños. El País

Los gases radiactivos, riesgo para la salud

Aunque la exposición masiva a la radiación pudo evitarse en la central japonesa de Fukushima, vapores y elementos radiactivos se escapan a la atmósfera desde el sábado, lo que representa un riesgo de contaminación para las poblaciones aledañas.

Después del terremoto que sacudió a Japón el viernes, las autoridades evacuaron cientos de miles de personas en los alrededores de la central de Fukushima. De este modo, únicamente los expertos y los bomberos que trabajan en la zona de peligro correrán el riesgo de exponerse a la radiación, explicó Olivier Gupta, director general de la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) en Francia.

Estas personas podrían enfermarse en los días siguientes, o hasta podrían presentar vómitos en las siguientes 24 horas, dependiendo de la dosis de radiación.

La médula ósea es la parte del cuerpo que resulta más dañada, por lo que será necesario hospitalizarlos para practicarles transfusiones. Para el resto de la población, la exposición a elementos radiactivos podría provocar cánceres (en la sangre, pulmones, colon…) de una gravedad «proporcional a la dosis absorbida», agregó.

‘Algunos no creen la versión estatal sobre Fukushima’
Francisco Campoy.
Estudiante boliviano en Niigata

«Vivo en la prefectura de Niigata, al norte de Tokio, acá está todo normal, el único problema es que queda a 200 km y a la misma altura que la planta nuclear de  Fukushima, donde está el reactor dañado.
El Gobierno indica las medidas a tomar en caso de terremoto, pero no hay indicaciones en caso de fusión nuclear. Existe gente que dice que el Gobierno está mintiendo y otros que están dando la versión real del problema de la central nuclear.
Aquí hay provisiones, no se ha cortado la luz, no falta el agua  y tampoco ha habido problemas de conexión telefónica, no obstante, psicológicamente, hay un aire de irrealidad, porque nos encontramos nada más que a 300 kilómetros de la devastación y aquí estamos viviendo una normalidad fantasmagórica. 
Lo que sí se escucha mucho es de gente que no tiene noticia o que está tratando de encontrar a sus parientes que viven en la costa noreste».

‘Ayer, los problemas de suministros comenzaron’

Ernesto Rivera.
Residente boliviano en Tokio

«El lugar donde vivo queda lejos del lugar del desastre, sin embargo, hoy han anunciado cortes de luz, razón por la cual no iba haber servicio de trenes a ciertas horas, por lo que no me puedo  mover de casa.
El domingo todo estaba normal, no obstante, los problemas de abastecimiento comenzaron a partir de la noche, parece que se acabó todo en las tiendas cuando anunciaron los cortes de luz y comenzó un pánico, como pasa también en Bolivia cuando todos comienzan a comprar por la expectativa de que pase algo.
Apesar de la ‘normalidad’ hay preocupación por la central nuclear de Fukushima y porque el Gobierno habló de un 70% de probabilidad de otro terremoto fuerte en los días que siguen.
Tratan de no alarmar a la gente respecto a la central nuclear, por eso no dieron órdenes en caso de fusión nuclear, pero hay conferencias de prensa de los encargados de la planta cada hora y media para informar».

Los emperadores de Japón, sin luz

El Palacio Imperial de Japón se sumó a los cortes de electricidad impuestos a partir de ayer en partes de la isla de Honshu para garantizar el suministro en las zonas afectadas por el terremoto del viernes.

Según la edición digital del diario Nikkei, un portavoz de la Familia Real indicó que el emperador Akihito y su esposa, Michiko, decidieron quedarse a oscuras durante un tiempo indeterminado para solidarizarse con los japoneses.

   También optaron por cerrar hasta nueva orden su residencia oficial salvo para realizar actos protocolarios como la entrega de credenciales a nuevos diplomáticos extranjeros.

Asimismo, los emperadores cancelaron la tradicional Fiesta de la Primavera, un evento bianual que no se celebró por última vez en 1995, cuando ocurrió otro devastador sismo en la ciudad de Kobe.

El periódico Yomiuri publicó el sábado un mensaje de condolencias de parte de la Familia Real a las víctimas del temblor de 9 grados de magnitud y posterior tsunami del viernes en el noreste del país.  La misiva también felicitó a los equipos de rescate que intentan encontrar supervivientes del desastre y llevan ayuda a los damnificados.