Los países del Golfo, nueva potencia surgida de la Primavera Árabe
Egipto ya solo es noticia por las violaciones de los derechos humanos y la pobreza, y Siria e Irak por el caos que los destruye

El declive de los regímenes autoritarios con el estallido de la Primavera Árabe estremeció a los países del Golfo. Pero 10 años después del debilitamiento de sus vecinos, las monarquías de la península se han convertido en el centro de gravedad de Oriente Medio.
«El debilitamiento de los centros de poder tradicionales […] ha convertido al Golfo, por primera vez en la historia moderna, en el centro del poder árabe», observa Bader Al Saif, profesor adjunto de historia en la Universidad de Kuwait.
En 2011, el tsunami revolucionario que arrasó a la región desestabilizó a las viejas élites dirigentes, consideradas corruptas, represivas e incompetentes. En Túnez y en Egipto, las manifestaciones hicieron caer a los regímenes autoritarios de los presidentes Zine el Abidine Ben Ali y Hosni Mubarak, y en Siria, Libia y Yemen, derivaron en guerra civil.
Otrora faros culturales y promotores del panarabismo triunfante, Egipto ya solo es noticia por las violaciones de los derechos humanos y la pobreza, y Siria e Irak por el caos que los destruye.
Este escenario de desolación contrasta con la prosperidad de Catar o Emiratos Árabes Unidos, donde la comodidad de imponentes rascacielos atrae a millones de expatriados.
El movimiento también sacudió el Golfo. Pero los sobresaltos revolucionarios en Omán, y sobre todo en Baréin, fueron cortados de raíz, con la intervención armada en Manama del gran hermano saudita.
(07/12/2020)