El expresidente paraguayo Fernando Lugo espera que “como mínimo” la OEA excluya a su país de esa organización por el “golpe” que supuso su destitución en un proceso que consideró “amañado” por el Congreso.

“Fue un golpe a la democracia y a las instituciones”, dijo Lugo en una entrevista publicada en el diario Correio Brasilienze, en la que comparó su caso con lo sucedido en Honduras en junio de 2009 con la destitución del entonces presidente Manuel Zelaya.

El exobispo reiteró que su destitución el pasado 22 de junio fue producto de un proceso “sumario” en el que fueron ignorados sus derechos “humanos”, “cívicos” y “constitucionales”. Ese proceso, agregó, supuso un “retroceso” para la democracia en Paraguay y en toda la región sudamericana.

Evaluación. Respecto a ese pedido, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, anunció que el próximo lunes entregará al Consejo Permanente del organismo su informe de evaluación de la crisis en Paraguay.

Desde el lunes, Insulza se reunió con el presidente paraguayo, Federico Franco, con Lugo y con representantes de partidos políticos de los poderes Judicial y Legislativo, de la Iglesia Católica y de campesinos y empresarios del país.

Por su parte, se confirmó que los cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)  se reunirán en las próximas semanas para tratar el tema de la crisis en Paraguay.